DEMASDEMASIADO PROGRE PARAm MACRI

“Así como la monarquía terminó con el feudalismo y la república terminó con la monarquía, la democracia popular terminará con la democracia liberal burguesa y sus distintas evoluciones democráticas de que hacen uso las plutocracias dominantes”
Juan Domingo Perón

"EL PERONISMO NO SE APRENDE NI SE PROCLAMA, SE COMPRENDE Y SE SIENTE"
EVITA


Solidaridad de curas con Víctor Hugo


Eduardo de la Serna

La credibilidad no es “cualquier cosa”. Se pueden desatar crisis terribles cuando esta se pierde. Cuando un banco pierde credibilidad, estalla la economía; cuando un país pierde su credibilidad el “riesgo país” se va a las nubes; cuando un abogado, o un ingeniero la pierden, dejan de tener clientela… La credibilidad –especialmente en algunos órdenes de la vida- es la “autoridad” (o el “poder”) que alguien, personal o colectivo, tiene. Sea esta credibilidad justa o no, ficticia o sustentada en la realidad. ¿Quién apoyaría –por ejemplo económicamente, pero no sólo- una fundación si no cree que los fondos llegarán a destino? ¿Quién apoyaría un dirigente, político, sindical, o clerical, si no cree que responde con palabras y hechos aquello que dice? Para muchos sectores, la credibilidad “es todo”. 

Pues bien, ¿qué pasa cuando un Medio (o multi-medios) pierde su credibilidad? Pues ocurre que empieza a perder su razón de ser. Es verdad que en muchos casos esta razón de ser puede haber mudado, y ha dejado de ser un “medio de comunicación” para pasar a ser un “medio de entretenimiento”, o un “medio de presión”, especialmente un “medio de negocios”. ¿Qué ocurre cuando algunos –y cada vez más- empiezan a descubrir, por ejemplo, que “Clarín miente”? Pues que empieza a perder credibilidad. No sólo que se compra menos –cosa que ocurre- sino que aun muchos que consumen los “productos Magnetto” dejan de “creer” que la realidad sea “como Clarín la vende”. Y es en este momento donde aparecen los “culpables”; ¿quiénes son culpables de que Clarín y sus socios (no amigos, por cierto) pierdan credibilidad? Uno está tentado a decir que el principal culpable es Clarín mismo, porque “la mentira tiene patas cortas”, pero además es así fácil comprender la pelea constante que desde los medios clarinistas y sus socios se desatan contra Tiempo Argentino y Página 12, contra 6, 7, 8 y ahora especialmente, contra Víctor Hugo Morales.
La campaña contra Víctor Hugo es realmente patética, no por ello menos poderosa. Con el poder que tiene la “cadena nacional de la desvergüenza y la calumnia”. Mucho antes del surgimiento de “los K”, VH se enfrentaba a Clarín, mucho antes tuvo las mismas actitudes que ahora le cuestionan como si las tuviera pago mediante. Hay otros que han mostrado, y siguen mostrando a todas luces, el encubrimiento, como se puede comprar y vender credibilidad a costa de aparecer. A costa de estar en los medios. A costa de tener espacio en el diario, la radio y la TV. A costa de vivir en la cornisa del ridículo.

Por un momento caeré en la ficción de que le creo (cosa que no, lo aclaro), que VH “antes” fue amigo de militares uruguayos, cercano a la dictadura. Imagino que les creo. Pero la historia nos muestra miles de personas que en su vida cambian, y no son hoy lo que fueron ayer. El patobulrichismo no es una novedad; Borocotización lo llamaban en otro tiempo. Pero además –y siempre simulando que creo- una cosa es cambiar por convicción, porque veo que estaba equivocado, y otra es cambiar por dinero. A eso se lo llama mercenario. Se quiere acusar a VH de mercenario de la palabra aprovechando la mala memoria de quienes no recuerdan las posiciones de VH, por ejemplo, frente a Clarín y luego de la “ley de medios” mucho antes que fueran “banderas K”. Precisamente por esto, los “mercenarios de la palabra”, ¿no son otros? ¿No son otros los que cambiaron (y no parece que fuera gratuitamente)? El supuesto progre de ayer, desairado por Hebe en las mismas cámaras de Dia D, ni mirado por ella misma cuando se acercó como buscando sombra en el acto por los 10 años de la Revista XXIII, el que ahora sale en primera plana de Clarín, tiene horario central en Mitre y programa en horario principal del “13”, ¿no cambió? Porque si suponemos que VH cambió, no es menos cierto que cambió Lanata, y lo que parece importante es “hoy, ¿dónde estás?” Pero para peor, nunca le creí a Lanata, y sí le creo a VH. También en lo de ayer, y hablamos de credibilidad.

En lo personal, hice llegar a VH mi solidaridad ante la campaña de desprestigio que busca que pierda credibilidad. Y me llegaron, además, decenas de correos de curas amigos del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres pidiendo que –si puedo- también en nombre de ellos le acerque a VH nuestro abrazo fraterno y solidario. Vaya desde acá ese abrazo, nuestro repudio a los mercenarios de la palabra, in-creíbles ellos, y nuestro deseo profundo de que el 7 de diciembre nos despierte con una Argentina donde haya más voces y que cada quien pueda elegir a quién creer y no tener que escuchar voces únicas de desánimo y mentira.

Gracias Ricardo

1 comentario:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails