DEMASDEMASIADO PROGRE PARAm MACRI

“Así como la monarquía terminó con el feudalismo y la república terminó con la monarquía, la democracia popular terminará con la democracia liberal burguesa y sus distintas evoluciones democráticas de que hacen uso las plutocracias dominantes”
Juan Domingo Perón

"EL PERONISMO NO SE APRENDE NI SE PROCLAMA, SE COMPRENDE Y SE SIENTE"
EVITA


El fin de la dictadura por Eduardo de la Serna

Terminada la dictadura, no terminó la dictadura. Era evidente…

Los 30.000 desaparecidos, siguieron sin aparecer; el modelo económico siguió su camino; los vacíos forzosos siguieron sin llenarse. La dictadura fue el comienzo. No pretendió –ingenuos seríamos si lo creyéramos- “hacer la tarea”. Quiso empezar un nuevo país, acabar con lo viejo. Ya no desaparecía forzosamente nadie, pero ya había habido quienes hicieron el trabajo sucio; ahora había que seguir. Y si hacía falta un Jorge J. López, una Silvia Suppo, o Víctor Martínez, serían la excepción que justifica la regla. Claro que para que ese nuevo país siga su rumbo hacían falta varias cosas. Desde La Nación, Escribano le dijo al neo-presidente Néstor Kirchner que debía desistir de impulsar los juicios a los crímenes de lesa humanidad. Pero –testarudo él- los impulsó más todavía. Pero bueno, como lo que pretendían era ese nuevo país, supieron hacer la vista gorda. Al fin y al cabo, los militares habían sido la mano de obra de otra inteligentzia, y ya se sabe lo que pasa con los peones cuando se quiere ganar una partida. Pero las investigaciones seguían, y se iba cada vez más arriba. Ya no eran los Astiz, Acosta, “Colores” o Pernías, ya se iba por Videla, por Menéndez, Buzzi. Entregar alfiles es más complicado, se debe saber jugar mejor que el contrario. Pero la partida siguió, y ahora Cristina avanzó más todavía, la dictadura empezó a ser mencionada como “cívico-militar”, y ahí ya no se trataba de enfrentar a los operarios, sino también los gestores, los creativos, el huevo de la serpiente. Y como los símbolos son importantes -¡muy importantes!- la detención de Martínez de Hoz marcó un hito. Pero no era sólo símbolo, eso sería “marketing”, y siguió el juego, y apareció Papel Prensa, y la cosa se venía complicando. La torre estaba muy amenazada, y quizás una noble reina podía estar en peligro, después. Sería ingenuo descuidar que “el otro” también juega, y amenaza. Y no es tonto.

Es claro que el objetivo es ganar la partida, y eso significaría “el país”, el modelo de país, o –al menos- el rumbo. Es evidente que apuntarán a peones, sea Aerolíneas, Jaime, Santa Cruz, en Inadi, pero eliminar alfiles es mejor, sea Hebe o De Vido, por ejemplo. Y sigue la partida.

Teniendo en cuenta que estamos en un año electoral, en lo personal no creo que “vayan por los pañuelos”, creo que van por el país. Los pañuelos son parte de su estrategia, y sacarlos de escena (o desacreditarlos) es importante, pero no es la meta. Claro, también se deben combatir los símbolos, precisamente porque dicen más que mil palabras. Además, atacar los símbolos sirve para contrarrestar el ataque a los otros símbolos. Y –precisamente porque no son tontos- aprovecharán las divisiones dentro de los Organismos de DDHH, para “agudizar las contradicciones”, sea titulando con declaraciones de uno u otra, o sea sacándolas de contexto o simplemente inventándolas. Sean de Norita, Adolfo, Tati, Estela. Ver que Morales Solá, Grondona o TN exaltan declaraciones de ellos, ya debería invitarnos a la sospecha, o al alerta. Si unos  agudizan las contradicciones, otros deberíamos recordar aquello de que hay contradicciones primarias y contradicciones secundarias, como decía el viejo Mao. Y sería una enorme torpeza descuidar lo principal: la verdad, la justicia, la construcción de un “otro país” con el que soñaron tantos que no están, y al que combatieron tantos que están “allí”.

Año electoral, por un lado, confrontación decidida con el poder civil detrás de la dictadura (Papel prensa, ADN de Marcela y Felipe, Ley de Radiodifusión, para simbolizar un ejemplo –una torre- de los que se deberían tener presentes también muchos más) son el marco. El modelo de país es la meta. Cuidar los símbolos, más allá de las diferencias entre unos y otros Organismos, es un paso importante para recordar que nuestros desaparecidos soñaron –también con sus diferencias- otro país, otro mundo posible, y los que los combatieron, los que impulsaron a su mano de obra militar a enfrentarlos, siguen trabajando para que lo empezado un 24 de marzo siga vigente. Podremos soñar que la dictadura termine por fin, o que consiga sus fines. De eso se trata.

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