DEMASDEMASIADO PROGRE PARAm MACRI

“Así como la monarquía terminó con el feudalismo y la república terminó con la monarquía, la democracia popular terminará con la democracia liberal burguesa y sus distintas evoluciones democráticas de que hacen uso las plutocracias dominantes”
Juan Domingo Perón

"EL PERONISMO NO SE APRENDE NI SE PROCLAMA, SE COMPRENDE Y SE SIENTE"
EVITA


CONVOCATORIA


El Movimiento Peronista Bloguero (MPB)
CONVOCA
A UNO DE LOS HECHOS MÁS IMPORTANTES DESDE LA RECUPERACIÓN DE LA DEMOCRACIA
EL INGRESO AL CONGRESO DEL PROYECTO DE LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL

EL MOMENTO ES HOY
EL DÍA ES EL 27 A LAS 11.00 HORAS EN LA PLAZA
Los Blogueros Nacionales y Populares que adhieren al M.P.B. bajo el amparo de FARO de la Comunicación
Convocamos para este jueves 27 de agosto a las 11:00 en Plaza de Mayo.
Marcharemos hasta el Congreso para entregar entre todas las organizaciones y compañeros presentes el proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales.


VAMOS POR LA LEY DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL
¡UN GOLAZO DE LA DEMOCRACIA!

Se constituyo FARO. Los blogueros estamos ahí.


Con la presencia del titular del COMFER, Gabriel Mariotto, ayer quedó constituído FARO de la Comunicación, agrupación política de periodistas, comunicadores sociales, blogueros, medios alternativos, profesores y estudiantes de comunicación social.

Con la presencia de 250 participantes de todo el país, se llevó a cabo la asamblea constitutiva en la sede de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), Solís 1158, de la Capital Federal. La asamblea, convocada por Los 100, Agrupación de Periodistas y Trabajadores de la Comunicación, la FATPREN y la Comisión de Medios Nicolás Casullo en Carta Abierta, discutió el acta fundacional de la nueva entidad y eligió su comisión directiva.

La asamblea contó con la presencia del interventor del COMFER, Gabriel Mariotto, quien, en su exposición, remarcó el significado económico, político y simbólico que tiene la televisación gratuita del fútbol, así como la disolución del monopolio que el grupo Clarín tenía sobre el mismo. Reiteró la decisión de la presidenta de la República de presentar ante la Cámara de Diputados de la Nación el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, debatida a lo largo y lo ancho del país, en reuniones, conferencias, seminarios y asambleas con la participación activa tanto de comunicadores como del público en general.

Se recibieron, además, las adhesiones del Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia; del Subsecretario General de la Presidencia de la Nación, Gustavo López; del Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Homero M. Bibiloni; del Secretario General de la CGT, Hugo Moyano; del Vice Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Damián Loretti; del Coordinador General del COMFER Luis Lázzaro, del escritor Norberto Galasso; del dramaturgo Roberto Cossa; de los periodistas Orlando Barone, Miriam Lewin, Armando Vidal, Sergio Elguezabal, Edgardo Esteban y Alejandro Apo, entre muchos otros que adhirieron a la convocatoria.

Después de un debate sobre el proyecto de acta fundacional de la entidad, se dio por aprobada la misma según el texto que se acompaña.

Posteriormente, se puso en debate la realización de un seminario nacional e internacional a realizarse en la ciudad de Buenos Aires, entre los días 6 y 10 de noviembre del corriente año, sobre el tema Globalización, Monopolización de los Medios y Democracia en América Latina, de cuya organización se encomendó a las autoridades electas.

Finalmente se procedió a la elección de autoridades de FARO de la Comunicación, que recayó en los siguientes compañeros:

Presidente Hugo Barcia
Vicepresidente Gustavo Granero
Vocales: Rubén Corral, Jorge Delfín Calveti (FATPREN), Julio Fernández Baraibar, Enrique Masllorens (Los 100), Santiago Plaza (Comisión de Medios Nicolás Casullo en Carta Abierta), Mariana Baranchuk (Profesores y estudiantes de Comunicación Social), Javier González (Medios alternativos) y Mario Paulella (MP) por los blogueros nac y pop.

Biografía no autorizada


De niña supo ser traviesa e inquieta.

Dos amigas, tres a lo sumo, con quienes compartía esa sonrisa amplia y franca. Jugando rayuela alguna vez se cayó sentada y no pudo parar de reírse de sí misma por un buen rato. Buena estudiante, concentrada, despierta, rápida para los números y con una memoria prodigiosa.

Linda, seductora, transita la secundaria en un colegio de monjas. Mientras juega pelota al cesto, sueña con ser abogada. La Universidad Nacional de La Plata la recibe como a una más y allí conoce a un flaco desgarbado, de curiosa dicción, tres años mayor que ella con quien se casa 6 meses después. El golpe del ’76 aún los encuentra en City Bell y un par de meses después se mudan a Rio Gallegos.

Consecuente, temperamental, cuidadosa tanto de su imagen externa como de su interior, viaja ya mamá, a La Plata, a terminar su carrera de abogacía. Con el retorno de la democracia, la encuentra trabajando junto a su marido Néstor Carlos Kirchner, quien a esta altura comenzaba su ascendiente carrera política. Años más tarde, y esperando a su segunda hija, Cristina empieza a demostrar su carácter político, comenzando como diputada provincial, reelegida, Convencional Constituyente, Diputada Nacional, Senadora…. Presidenta.

La historia por ser más reciente no hace falta que la describa, solo la adjetivaré: interlocutora sagaz y de principios inquebrantables, decidida, tenaz, inteligente, lúcida, culta y encima bonita.

De mujer, supo ser el cuadro más capacitado y mejor preparado que dio este país.

A La Comunidad Bloguera


Queremos contarles algo. Bien sabemos que los blogueros somos un grupo que tiene, muchos puntos en común, como defender el proyecto nacional y popular. De un tiempo a esta parte, algunos compañeros sentimos la necesidad de darnos un ámbito de acción colectivo en el que desarrollar nuestro apoyo inequívoco al Gobierno Nacional, que creemos hoy es la única fuerza política que abraza este Proyecto Nacional y Popular al cual adherimos. Hay algo visceral en esta actitud, ya no nos alcanza con hacer un post defendiendo lo que creemos. Tenemos ganas de unificar nuestras voces, sin perder nuestras identidades. Es un sentimiento conjunto el querer dar un paso más, volcar convicciones, pasiones, sentimientos, ideas, en acciones concretas.

Somos peronistas. A esta altura, quien nos sigue, no lo desconoce. Esta maravillosa herramienta que es el blog nos dio la posibilidad de conocernos, darnos cuenta de que somos muchos los que pensamos lo mismo: Que es éste un momento histórico que abraza como causa verdadera la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. Por esto vale la pena intentarlo y jugarse, dar todo lo que tenemos, somos y podemos aportar.

Como peronistas sabemos que la realidad se transforma con hechos. Estamos dispuestos a volver a las bases, a defender a quienes no tienen voz, teniendo como norte a quienes fueron acunados por Evita, los “grasitas” por quienes la vida adquiere un sentido axiomático.

Invitamos a integrarse a los compañeros que lo consideren pertinente, dejando definitivamente en claro que esta espontánea organización no reclama exclusión. No cierra sus puertas ni se escinde del colectivo mayor que es la blogósfera nacional y popular. Simplemente se define con una identidad política e ideológica innegable y desde esa identidad se suma a una comunidad bloguera continente.

MOVIMIENTO PERONISTA BLOGUERO

Adhieren:

Los Caniches de Perón
Aluvión Zoologico
Pensando la Argentina
El Otro Campo
Liderazgo Cristina
Fe de Radio
Nada es Casual
Daniel Mancuso
Bondi Radial
Lo que no piensa la gente no esta dicho sino por
Derek Dice
Tigre Peronista
Sidra Pan Dulce y Alpargatas
De Vierde Man
La necedad de vivir sin tener precio

PREFIERO UN BOMBERO A UN BOMBARDERO (Gracias Ignacio)



(Hacer click en el título y nos transladará a la página de Copani con un lindo entretenimiento)

Usted... qué prefiere?

Columna izquierda o columna derecha?

¡PERDÓN, PERDÓN... QUÉ GRANDE SOS…!


Carta del Secretario de Cultura, Jorge Coscia, en respuesta a las críticas recibidas por su acto de asunción…



Por Jorge Coscia

Secretario de Cultura de la Nación

El martes pasado, durante la presentación de mi gabinete en la Secretaría de Cultura, luego de la entonación del himno nacional, algunos de los presentes cantamos la marcha peronista.

Fue espontáneo y no premeditado. Es cierto que era previsible, como también lo fue la reacción de quienes consideraron que el canto era inapropiado.

De algún modo, en mi discurso de aquel día me anticipé a dichas reacciones, al agradecer el respeto o la tolerancia de quienes no participaron de la entonación de la famosa marcha que popularizaran millones de descamisados. Yo soy el Secretario de Cultura de todos los argentinos, y eso me honra.

Pero la indignación que, en reiterados comentarios, dejan traslucir algunos intelectuales, me obliga a ofrecer mis disculpas inmediatamente.

Pido perdón, en primer término, a Miguel Cané y a su memoria, ya que la sala que lleva su nombre fue ultrajada por los versos peronistas. El autor de Juvenilia, que fuera también impulsor de la ley que reprimió y expulsó del país a miles de obreros anarquistas en los tiempos del centenario, no vivió la segunda tiranía, pero seguramente reconocería de inmediato la barbarie y el gesto impúdico avalado (y entonado) por un Secretario de Cultura de la Nación.

Me disculpo también con la familia Casares, que alguna vez habitó ese palacio de la calle Alvear y lo ofreció para ceremonias más cultas y refinadas, aunque no logró evitar que la clase ganadera que lo frecuentaba fuera merecedora del mote rastaquouère, por parte de visitantes tan ilustrados como Clemenceau. Seguramente Miguel Cané no pensó en aplicarle al culto y politizado escritor francés el rigor de la Ley de Residencia.

Me excuso finalmente por no haber seguido las rigurosas normas que marcan de un modo estricto cómo debe entenderse la libertad de la cultura. Pido perdón por ser un nostálgico dirigista que pretenderá marcar desde el sillón de la calle Alvear los caminos impredecibles que toma la cultura. Para algunos críticos se trata de liberar de ataduras la potencia creadora de nuestros artistas. Todo debe ser posible, dicen, menos, por supuesto, cantar la marcha peronista.

Es, parece, imperdonable haber pensado que como Secretario de Cultura debía expresar con sinceridad y transparencia una posición política, en lugar de tratar de agradar exclusivamente a quienes desde siempre impusieron la agenda cultural de la Argentina

¡Cuánta omnipotencia la mía al pensar que sí, que la política suele determinar la cultura de una sociedad! ¡Qué desatino creer que el ocultamiento de los desnudos de la Capilla Sixtina o las 300 películas que se pudieron filmar desde que se recuperó la autarquía del cine, tuvieron que ver con decisiones políticas!

¿Cómo es posible además cometer la torpeza de citar en un discurso los nombres de Arturo Jauretche o Raúl Scalabrini Ortiz? ¿Por qué no recité algún párrafo de Jorge Luis Borges o hice algún comentario agudo sobre Michel Foucault o Antonio Gramsci? (a quienes por otra parte suelo leer con enriquecedora frecuencia). No lo hice y para peor, tuve la osadía de nombrar a Jorge Abelardo Ramos, a Jorge Enea Spilimbergo y a Norberto Galasso. ¡Qué atrevimiento poner sobre la mesa a los hombres que me inspiran! Para cuidarme, esas nobles paredes de la calle Alvear deberían haberme susurrado: Prudencia Coscia, ya corrés con desventaja desde tu apellido; demostrarles que sós un dócil advenedizo, que agradece las dulces caricias de los que suelen brindar en estos salones.

Pero no. Sabía la letra maldita y cuando se largaron algunos de mis compañeros y amigos a cantar la marchita, olvidé todas esas cosas y cometí una zoncera imperdonable. Seguramente surgió en mí ese sentimiento de revancha que, según dicen, nos anima sólo a nosotros y rara vez a quienes nos han censurado, encarcelado, proscripto, discriminado o difamado. Eso fue hace mucho, me aclaran.

Y esto otro también: cuentan que Napoleón, una vez que se coronó Emperador, prohibió que sus ejércitos entonaran la irreverente marcha de los Sans Culottes. La censura duró hasta que el invierno ruso puso en retirada a sus legiones. En los días finales, autorizó la marcha que remitía a los jours de gloire de 1789, pero ya era tarde y las tropas rusas, prusianas e inglesas, volvieron a prohibir la marchita de los descamisados franceses.

Curiosa paradoja. La marcha peronista fue un grito de los desplazados; nació casi como la contracara de la entonces orgullosa marsellesa que entonaban los manifestantes antiperonistas del '45.

Olvidé que las marchas sólo se vuelven respetables cuando se cantan en otro idioma, y en especial cuando las revoluciones que las inspiraron triunfan. La historia, se sabe, siempre la escriben los ganadores. Y sería bueno recordar que los muchachos, aunque unidos, no siempre triunfamos, lo que se vuelve evidente para cualquiera que analice las variables económicas y sociales del '55 a esta parte.

Pero como tampoco perdimos del todo y los últimos seis años hemos dado muchos pasos adelante, a veces caemos en la tentación y, orgullosos, damos un grito de corazón. Por todos esos exabruptos, me disculpo.

Una melodía familiar e incorregible, me resuena involuntariamente en mi cabeza:

Perdón, perdón... qué grande sos...

JC/

Gracias por avisarme que hay pobres



Agosto de 2009

La pobreza en la Argentina, fue instalada por Néstor Kirchner y Cristina Fernández???
Por Moreno??? Por Aníbal??? Por Alicia??? Por algún otro demonio setentista???
Por el fantasma de Evita??? Por D'elía??? Por los sindicatos??? Por la A.F.A.??? Por Mí???
Entiendo perfectamente que tanto los partidos de oposición como el Partido Multimediático no reconozcan que al menos este gobierno redujo a la mitad la cantidad de pobres desde el día que inició su gestión.
Sería como pedir Margaritas a los Cerdos (y esto no es ninguna referencia al desencuentro Stolbizer - Carrió).
Entiendo también que los que verdaderamente acentuaron los índices y las lágrimas de la pobreza retocen alegres y sin culpas por los canales de televisión. ¿O alguien esperaba que Cavallo u otros que fueron ministros de la década infame menemista y de la alianza tóxico-residual pidieran perdón?
Entiendo también que los sementales del neoliberalismo iniciado con la dictadura militar, destructora de empleos y de vidas, no sólo miren hacia otro lado, sino que sumen a su discurso la preocupación por los pobres.
Incluso entiendo a las viudas del kirchnerismo, a quienes sostuvimos durante años sobre la alfombra roja y cuando hay que poner verdaderamente los mejores y más corajudos atributos sobre la mesa, han preferido escapar como roedores por el tirante oportunista que presupone nuevos tiempos para las viejas derechas.
Los entiendo a todos.
Entiendo que la iglesia se rasgue sus impolutas vestiduras mientras deja librados a su suerte a los propios curas que se embarran en las villas y asentamientos. Entiendo que no reconozcan el fracaso absoluto de la beneficencia sin ir al fondo o la génesis de la desigualdad. Sin hacer ni siquiera la mínima referencia a las actitudes escandalosas de nuestra iglesia durante el festín oligarca que llevó a nuestra comunidad a ser lo que es hoy.
Cuando era chico, en el Padre Nuestro, se rezaba: ¨Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores¨. Hoy se ha cambiado esa frase por: ¨Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden¨. Por lo tanto si ofendo a alguien con estas palabras, se que estoy perdonado y la iglesia, está eximida de afrontar sus milenarias deudas con los pobres de toda pobreza y de toda región.
Pero al único que no entiendo es al tipo común que se instala en el medio de la turba iracunda, difamadora, crispada, golpista, que aplaude los lugares comunes del linaje gorila que hoy ha encontrado en ¨la pobreza¨ (la que ayudó a generar y la que en verdad le importa un carajo) una muletilla más donde apoyar sus odios.
¿Tan hueco quedó su cerebro como para convertirse en caja de resonancia que únicamente puede reproducir el eco de lo que los grandes medios le gritan?
¿Tan vacío quedó su corazón como para no tener una mirada comprensiva hacia el esfuerzo que se hace día a día en el combate contra la pobreza?
¿Cree de verdad que todos los funcionarios que se desempeñan en salud, desarrollo social, educación, áreas de trabajo, comercio, producción, organizaciones populares, municipios, etc, se rascan todo el día y el único que se da cuenta de que hay pobres es el presidente de la Sociedad Rural?
¿Tan mansamente acepta que la línea de pobreza se trace de acuerdo al ingreso de una familia y no a otros factores?
Siendo así, alguien que gana $1.200.- es pobre, pero si gana unos mangos más deja de ser pobre. Prefiero medir los términos de pobreza a través de las chances de inserción que tengan los ciudadanos, de la realización en el trabajo de los jefes de familia, de las posibilidades de estudio de sus hijos, del acceso a la cultura y al deporte de los mismos, de las condiciones de infraestructura, servicios, agua, energía, pavimento y otros ítems del mínimo confort que uno precisa para desarrollarse.
Nadie puede decir que el gobierno atente contra ese esquema que puede sacar de la pobreza a una persona.
Nadie puede acusar al gobierno de tapar cloacas, cerrar canillas, cortar cables y romper caminos (salvo al gobierno de la ciudad de Buenos Aires que sigue empeñado en asfaltar calles que ya estaban asfaltadas).
Todo lo contrario. Quien camine el país verá la sensacional cantidad de obras en esa dirección que se vienen llevando a cabo y si lo camina bien, también se dará cuenta de la gran cantidad de obras que faltan todavía.
Desde el chicaneo de los canales de noticias se enciende la alarma al comprobar que hoy nacerán miles de pobres. También nacerán miles de hembras, miles de machos, miles de morochos, miles de rubios, miles de porteños y miles de provincianos. Si este es un país con pobres, es lógico (e injusto) que nazcan pobres, pero esos medios jamás dedican un minuto de hidalguía para reconocer el empeño que pone esta administración política para utilizar la mejor herramienta que imponen estos tiempos: El Trabajo.
Trabajo. Unica y principal barrera que pueda frenar todos los dilemas sociales que nos angustian. Trabajo, que dará más educación, más bienestar, más seguridad y ojalá... más trabajo.
El sordo que no quiera oír (o sea, el peor) que no escuche nada del mundo que habitamos. Que se haga el oso cuando se entere que en Estados Unidos, en un año y medio, se han despedido más de 7 millones de trabajadores y que ya en 2009 se ha batido el record de quiebras de pequeñas empresas. Que tampoco oiga de los millones de despidos en Brasil y en España (dije despedidos en un año, no desocupados, que son muchos millones más), pero que sepa que en Argentina eso no está pasando. Que mientras los sindicatos del mundo espadean por mantener los empleos, aquí se discuten aumentos de salarios.
Y que sepa que mientras el gobierno se hace cargo de infinidad de espacios de empresas que dejarían a miles de argentinos en la calle, nuestros grupos del monopolio mediático (esos mismos que se escandalizan con la pobreza) no permiten en sus feudos que haya, por ejemplo, delegados gremiales. Encima llenan sus redacciones con estudiantes pasantes contratados por 2 pesos, por 2 días. Y no nos olvidemos tampoco de nuestros grupos de agronegocios (esos que se han autodenominado ¨la patria¨ y se dicen conmovidos por la pobreza) que mantienen a la mayoría de sus peones sin cobertura médica, ni seguro de trabajo, sin respeto de horarios, asignaciones especiales... en fin... en negro, bien negro.
Si gobernar es crear empleo, apuesto todo al gobierno para que siga gobernando. Ni una ficha le pongo a quienes, con tal de limarlo día a día, hablan hoy de la pobreza , cuando por cierto, la única pobreza con la que tienen trato cotidiano, es la pobreza de su memoria, de sus ideas y de sus ideales.

Ignacio Copani

Hoy golpean la puerta del vecino. Mañana vendrán por nosotros




El gran pasquín argentino piensa que, así como creó un candidato, puede crear o destruir realidades o ideologías. El jueves fueron censurados los compañeros de "¿qué te pasa clarín?"; hace unos meses censuraron al blog mundo perverso, en cualquier momento te puede tocar a vos, a mi o a cualquiera... NO NOS MANTENEMOS INDIFERENTES: REPUDIAMOS EN UNA SOLA VOZ Y HACEMOS MANIFIESTO NUESTRO RECHAZO TOTAL A ESTA ACTITUD DE CLARÍN. Podrán censurar blogs y más blogs, pero para quitarnos las ideas de la cabeza, no alcanza con la censura. Publicá este post en tu blog, durante todo el Lunes 10 de Agosto, si compartís el rechazo a la Censura de Clarín. Nota: Esta idea de protesta, surgió del consenso de un grupo importante de blogs. Un choreo a Gonzalo Agustin Sueiro y a MP

El compañero folletinista





Lunes, 10 de agosto de 200
9

Martín Fedele, autor del folletín criollo Los ruralistas
El compañero folletinista
La obra está ambientada en el primer peronismo, en ocasión de la muerte de Evita. Sucede a La cacería de Florencio Espiro y es parte de un proyecto que Fedele define como la “saga del clan griego”. “Quise jugar con los extremos, lo estereotipado, lo inverosímil”, señala.
Por Silvina Friera

“El folletín, como género, exige la redención, la salvación, la justicia hecha carne en sus personajes”, dice.

En la ribera de Quilmes hay sudestada. Y mucha tristeza. A fines de julio de 1952, la peonada enciende antorchas y llora por la agonía de Evita. En la estancia de los Pereyra cuchichean y festejan por anticipado el cáncer que consume a la jefa espiritual de los humildes; entre vítores y aplausos reciben a un pai brasileño para que haga su “trabajito” y ningún milagro desvíe el curso de esa muerte que se avecina. La venganza del pueblo llega de la mano de la astuta Fuscaiola y su receta siciliana: la polpetta venenatta, el cianuro escondido en pequeñas albóndigas. A las 20.25, la radio del Estado anuncia que María Eva ha pasado a la inmortalidad; los estancieros bailotean, chiflados, felices, piden a los gritos botellas de champaña. Pero esa misma noche “25 viejos ilustres” mueren envenenados por las exquisitas albóndigas de la Fuscaiola. El pretérito imperfecto es un tiempo verbal que se lleva a las patadas con la historia argentina. El presente se conjuga mejor. “El pasado no está muerto. En realidad ni siquiera es pasado”, ha dicho William Faulkner. Los ruralistas es el título de este folletín criollo que acaba de publicar el escritor y periodista Martín Fedele, un proyecto que comenzó con la primera entrega, La cacería de Florencio Espiro, contextualizado en los años ’40, cuando en Barracas al Sur gobernaba Barceló, previos a la irrupción del peronismo. Esta “saga del clan griego”, como la define su autor, continuará con Colonia Wanda, de inminente aparición, y tres folletines criollos más, ambientados en los años ’70, en el mismo territorio, en la ribera de Quilmes, “donde los pibes de Montoneros y los matones de la Triple A se reparten los roles de héroes y villanos”, anticipa el escritor a Página/12.

Cuando empezó a ordenar esta saga, a fines de 2006 y principios de 2007, Fedele tenía la intención de “jugar con un género medio marginal, ninguneado, a mitad de camino entre la literatura y el oficio de escribir: el folletín de aventuras”. El escritor admite que el momento político vivido el año pasado a partir del denominado conflicto “del campo” tuvo su coletazo en sus folletines. “Fue una cuestión de formas, porque originalmente ese episodio se iba a titular Los estancieros, pero el pulso periodístico acuñó un término, “ruralista”, mucho más sureño, más sonoro, más faulkneriano si se quiere, y eso le vino bien a una historia donde, ya sabemos, los malos son siempre los mismos malos, pero las formas narrativas, especialmente en el folletín de aventuras, exigen atención al momento en el cual se las formula”, explica Fedele. “A esta altura, las bravuconadas de sujetos como Hugo Biolcati o Mario Llambías parecen superar cualquier ideario estilístico. Hasta el folletinista más mentado sucumbe a la verba de esos señores del campo”, ironiza el escritor, que nació en 1972 en Berazategui, cerquita de donde ambienta sus historias.

Los dos folletines publicados aparecen como una bisagra que conduce hacia el peronismo. En ambas historias, la salvación o redención, en rigor el único atisbo de justicia que se impone, procede desde el campo popular; por ejemplo, la Fuscaiola envenenando con sus albóndigas a 25 ruralistas. “El folletín, como género, exige la redención, la salvación, la justicia hecha carne en sus personajes. Después estarán las mayores o menores simpatías que despierten estos personajes, o la clase social a la que pertenezcan, o las opiniones políticas que viertan, o las acciones que realicen”, subraya Fedele. “En el caso de un folletín ambientado en los años de Perón y Evita, está claro que las clases populares ocupan quizás el momento de mayor esplendor como sujeto histórico en la Argentina; entonces, el folletín paga por partida doble: la Justicia se hace justicialismo y el aluvión zoológico deviene en héroe literario.”

El autor se entusiasma cuando argumenta sobre las posibilidades de exploración del peronismo, un movimiento tan ecléctico y dinámico que sirve en bandeja un menú de tramas infinitas. “El peronismo es y será materia inagotable para indagar en sus entrañas. Y especialmente desde la ficción, porque abundan variedad de personajes y situaciones ideales para hacerlo. Uno tiene la sensación de que en el último tiempo al peronismo, como fenómeno político, se lo aborda casi exclusivamente desde el ensayo sociológico, desde lo historiográfico, donde todos los ‘estudiosos’ están preocupados por confirmar datos y fuentes, verdades, hechos objetivos; y se está dejando de lado la monumental posibilidad que ofrece el peronismo para la ficción literaria, donde la verdad absoluta no importa, no interesa, y hasta aburre”, fundamenta el escritor. “Como fenómeno de masas, en el sur de América, el peronismo tiene una liturgia exclusiva, un pulso único, una genealogía que lo vincula espiritualmente a las clases populares, de un modo casi sensorial, afectivo, que va mucho más allá de lo político. Están los personajes, están las fechas en el calendario peronista, está su musicalidad, su iconografía, sus arrebatos de amor, su violencia; está todo dado para condimentar una ‘de tiros’. Al menos ésa es la visión de este compañero folletinista.”

Fedele plantea que el género que ha decidido frecuentar con esta “saga del clan griego” posibilita “jugar con los extremos, lo estereotipado, lo inverosímil; todo aquello que desvela a cualquier tipo que cuenta historias, en el folletín está permitido, y mejor aún: es necesario llevar a otros límites”. Los cuatro pilares tentadores del folletín, confiesa el escritor, son la intriga, el suspense, la acción y las aventuras. “Esto permite anteponer los ‘hechos’ a las ‘palabras’, que para quienes venimos del periodismo es una buena manera de evadir los cánones del oficio: el folletín tiene libertades íntimas e ineludibles. La apuesta, el desafío, pasa por no traicionar la estirpe atolondrada y vertiginosa de un género maniqueo por naturaleza. Donde lo verosímil flaquea, allí está el folletín para remediarlo –sugiere–. Sin dudas que el carácter épico del folletín me alentó a transitar el género. La idea del western animado en personajes propios de Onetti o de Saer es un proyecto que merece, al menos, el riesgo del intento. Y en eso andamos.”

El surco que atraviesa La cacería... y Los ruralistas es un constante desprecio hacia esas amplias mayorías que alguna vez, allá lejos y hace tiempo, se las llamó pueblo. “Los sectores populares continúan siendo demonizados y denigrados por una sencilla razón: son muchos y siempre serán más. Y lo seguirán siendo. Los sectores populares son sagaces, dinámicos, abiertos a su tiempo y espacio. La aristocracia, cualquier aristocracia, es endogámica, asustadiza, sostenida en poderes ajenos, y se sabe inferior en número y capacidad de supervivencia –compara el escritor–. Entonces, ante la imagen de unas ‘patas’ en la fuente de la plaza pública, el miedo los llena de inquisición. Y actúan en consecuencia.”
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/espectaculos/2-14877-2009-08-10.html

Dilemas del peronismo




Entrevista con Eduardo Jozami sobre su nuevo libro, Dilemas del peronismo
“Hay una dilución de la identidad peronista”
Para Jozami, “las limitaciones del peronismo se han ido acentuando en los últimos años” y “su perduración electoral encubre una pérdida de vitalidad”. Sostiene que, tras la derrota electoral, el kirchnerismo debe replantearse “una construcción abierta al centroizquierda”.
Por Javier Lorca

“Es tan difícil pensar en la Argentina un proyecto popular sin el peronismo, como pensarlo contenido dentro de los límites del PJ”, dice Eduardo Jozami, profesor consulto de la UBA. El director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti acaba de dedicar un libro a los Dilemas del peronismo (Norma), un recorrido por la ideología, la historia y el presente de un movimiento político que, a su juicio, aunque perdura en términos electorales, está sufriendo “una pérdida de vitalidad política muy significativa y, sobre todo, una progresiva dilución de la identidad peronista”.

–En sus potencialidades y limitaciones, ¿qué continuidades encuentra entre el primer peronismo y el actual?

–La potencialidad más significativa del peronismo siempre fue su arraigo entre los trabajadores. Sería difícil decir que eso no perdura, seguramente la mayoría de los trabajadores siguen siendo peronistas. Pero la presencia de masas que caracterizó al primer peronismo, y también al de la resistencia, no ha sido un elemento demasiado presente en la vida reciente del peronismo. En el peronismo han pesado más los elementos de poder y las estructuras de gobierno, le han quitado presencia a lo popular. Las limitaciones se han ido acentuando en los últimos años. Desde el punto de vista electoral, hoy no parece haber menos peronistas que antes, si se suman los diversos sectores que se dicen peronistas. Pero esta perduración electoral encubre una pérdida de vitalidad política muy significativa y, sobre todo, una progresiva dilución de la identidad peronista. Aunque esa identidad sigue presente en la cultura popular, en la identificación con las banderas tradicionales del peronismo, a la vez la identidad peronista, por sí sola, quiere decir muy poco. De Narváez puede decir que es peronista y, a pesar de que resulte difícil creerle, hay otros que tienen prosapia peronista de hace 40 años y piensan igual que él. Como identidad en sí mismo, el peronismo cada vez nos dice menos.

–Dentro de la tradición peronista, ¿qué elementos aportó y qué elementos relegó el kirchnerismo?

–El kirchnerismo produjo una fuerte renovación política. Contradijo definiciones como las que asumió el sector peronista que formó el Frente Grande –del que participé–, en el sentido de que el peronismo estaba agotado después del menemismo. Esa lectura no era totalmente incorrecta, porque la mayoría de los dirigentes peronistas apoyaron a Menem, parecía que se había producido un vaciamiento ideológico y que ya no podía esperarse que el peronismo retomara ideas como la defensa del salario o la autonomía nacional. Por eso se pensó que era necesaria una alternativa independiente al PJ. Más allá del fracaso de esa alternativa, en 2003 aparece un sector con propuestas totalmente distintas a las de Menem y nos muestra que seguía habiendo potencialidad en el peronismo. Pero rápidamente quedó demostrado que, si dentro del peronismo había sectores que podían participar en un proyecto popular de transformación, también quedaba claro que el PJ en su conjunto no podía ser el instrumento de esa transformación. Eso lo vio Kirchner en 2003. Más allá de los cambios coyunturales de la política, hoy es evidente que es tan difícil pensar en la Argentina un proyecto popular sin el peronismo, como pensarlo contenido dentro de los límites del PJ.

–¿Cómo se explica, en ese contexto, la oscilante relación de Kirchner con el PJ: primero la transversalidad, luego la intimidad con el partido, ahora la renuncia tras la derrota electoral y las especulaciones sobre un regreso al proyecto transversal?

–En la frustración de lo que se llamó la transversalidad hay responsabilidades compartidas. Por un lado, del Gobierno: es cierto que no era fácil construir ese proyecto, por la debilidad y dispersión de los sectores no peronistas convocados, pero de todos modos el Gobierno dio por concluida esa experiencia demasiado rápido. Y, por otro lado, quienes fueron convocados tampoco manifestaron una vocación importante por construir una fuerza política única y nueva. Cada uno de los dirigentes con figuración significativa –Binner, Ibarra, por ejemplo– siguió demasiado apegado a sus fuerzas políticas tradicionales o a sus intereses personales; exceptuando de esa nómina a Sabbatella. Las organizaciones sociales y los grupos no peronistas que apoyaron al kirchnerismo tampoco llegaron a definir una propuesta que permitiera un agrupamiento significativo, por debilidad propia, por falta de estímulo del Gobierno, o por ambas cosas. Frente a esto, el tremendo poderío del PJ planteaba una opción táctica que puede entenderse desde un punto de vista pragmático. Si fue una jugada para seguir ganando tiempo en la construcción de una fuerza más relacionada con los objetivos del kirchnerismo, bueno, el resultado de la última elección muestra que está a la orden del día volver a plantearse la necesidad de esa construcción abierta al centroizquierda. Y el objetivo no puede ser la unidad del peronismo, porque hoy implicaría apoyar las candidaturas de quienes son opositores al kirchnerismo; sería perder esa diferencia que fue lo más atractivo del kirchnerismo.

–“Más curioso que la perduración del peronismo es el brusco resurgimiento de un antiperonismo que podía creerse relativamente superado”, escribe en el libro. ¿Cómo caracteriza a esa persistencia y por qué cree que subsiste?

–Hoy se da un fenómeno llamativo. Por un lado, el discurso antiperonista persiste y hasta en algunos momentos se radicaliza. Y, por otro, buena parte de la oposición quiere acercarse al peronismo, como De Narváez y Macri. Es más, hay como una especie de sentido común según el cual para llegar al poder es necesario contar con el peronismo; sólo los radicales se ven obligados a excluirse de esa idea. Pero cuando durante el conflicto por “el campo” uno veía que los medios distinguían entre “piqueteros” y “vecinos”, recuerda que esto se relaciona con una tradición de la política argentina de negarles a los sectores populares el carácter de ciudadanos. Cuando Carrió decía en 2007 que a ella la habían votado los sectores instruidos y que el otro voto era clientelar, reaparecía esta idea de que los votantes del peronismo responden a dádivas o prebendas, un discurso clásico del antiperonismo. El resurgir de este discurso es llamativo porque se podía pensar que había sido superado, el peronismo parecía haber sido aceptado en la vida política argentina: el peronismo renovador fue un esfuerzo por priorizar la organización partidaria sobre el movimientismo; después Menem, obviamente, no fue agredido por el antiperonismo, al contrario, se celebraron sus propuestas afines a la derecha. Pero cuando con Kirchner resurge un peronismo con discurso popular y vocación transformadora, ahí vuelve a cobrar fuerza el antiperonismo. Este discurso expresa un sentido común extendido en los sectores medios, fuertemente instalado en los medios de comunicación. Por ejemplo, la idea de que la inseguridad se identifica con los pobres, que entonces son doblemente excluidos: su voto vale menos y son responsables de la inseguridad. Los pobres sólo podrían incluirse en la medida en que se hagan cargo del sentido común dominante, ya sea por la vía de votarlo a De Narváez o de identificarse con Mirtha Legrand o Tinelli.

–Pero ese discurso “antiperonista” parece más focalizado en el kirchnerismo que en el peronismo en su conjunto.

–Sí, hay un doble discurso. El discurso antiperonista más grosero incluye a todo el peronismo. En otros casos, la identificación entre peronismo y violencia se concentra en el kirchnerismo, vinculándolo a la generación del ’70: “Los Kirchner son montoneros”, dicen, haciéndolos cargo de la tradición violenta del peronismo, mientras que habría otra tradición “no violenta”. En este caso, sin una gran preocupación por analizar en serio la historia. Habría que recordarles que el otro peronismo tuvo bastante que ver con la violencia: fue el peronismo de Isabel Perón y la Triple A.

–¿Cómo se configuró originalmente la relación del peronismo con el campo intelectual y qué aspectos de ese vínculo perviven? ¿Cómo se inscriben en esa relación experiencias como Carta Abierta?

–El peronismo tuvo desde su origen una relación difícil con la mayoría de los intelectuales, en especial con escritores y artistas. ¿Por qué hubo una actitud tan agresiva de los intelectuales contra el peronismo? Algunos creen que tuvo que ver con la relación del peronismo con los fascistas y los nazis. Esa explicación es válida para 1945, pero no sirve para explicar el antiperonismo en los ’50, cuando el mundo había cambiado. Por eso, uno tiene derecho a pensar que la oposición de los intelectuales tiene más que ver con las transformaciones sociales operadas por el peronismo, con el rechazo a la aparición de nuevos sujetos populares. Quizá porque no tenía un contenido ideológico profundo, ese antiperonismo radical no perduró. Ya en 1956 se produce la ruptura del consenso intelectual antiperonista. Durante los ’60, esa ruptura lleva hacia una izquierdización de los intelectuales y hacia un rechazo del antiperonismo, más que a un acercamiento al peronismo. El intelectual progresista no podía sentir cercanía con el discurso antipopular del antiperonismo. Luego, la crisis del peronismo en los ’70 y la dictadura introdujeron un nuevo corte en este proceso, y el peronismo de los ’80 y ’90 dejó de ser atractivo para los intelectuales progresistas... Ahora, lo que lleva al surgimiento de Carta Abierta no es una revalorización del peronismo, porque entre los integrantes del espacio hay muchos peronistas, pero también muchos no peronistas. Pero esta diferencia no se manifiesta como algo significativo dentro del espacio. De hecho, se plantea aquella misma idea: no se puede ser antiperonista, aunque uno no adscriba al peronismo. Hoy, Carta Abierta apuesta a la construcción de una fuerza política que continúe y profundice el proceso kirchnerista.

–Parafraseando a uno de los ensayos de su libro, ¿hay un futuro posible para la izquierda en la Argentina?

–Creo que sí, pero a partir de la crisis de los socialismos reales y del marxismo es necesario cuestionar algunas ideas básicas de la izquierda, como la de identificar a un sector social como vanguardia del proceso revolucionario, cuando las sociedades son mucho más heterogéneas y manifiestan nuevas demandas. También es necesario revisar la creencia ingenua de que siempre avanzamos en el sentido de la historia. Cuando Walter Benjamin señalaba que, más que marchar en un camino seguro hacia el futuro, vamos hacia la catástrofe, y que la verdadera revolución consiste en detener este proceso, estaba diciendo algo muy relacionado con el mundo actual. El lugar de la izquierda tiene que ver con asumir la necesidad de este replanteo. Claude Lanzmann decía que la izquierda se define como negación, no como la adhesión a un programa sino como el rechazo de lo dado para superarlo. Esta idea, profundamente heterodoxa cuando apareció en los ’50, hoy es casi obvia: tener una postura de izquierda implica seguir peleando por la necesidad de cambiar esta sociedad, sin apostar por una receta prefijada.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-129318-2009-08-03.html

MENSAJE PROFÉTICO O ACTITUD DESTITUYENTE?

Publicado por Alberto Espiño para http://cristianismomilitante.blogspot.com/

El Papa Benedicto XVI, con motivo de la colecta anual de Caritas, Mas por Menos, emitió un comunicado, donde habla de inequidad social y del llamado a construir una sociedad más justa en nuestro país.
El Cardenal Bergoglio, acompañando esas palabras,en la misa que ofició en el Santuario de San Cayetano, junto a los fieles que acudieron para venerar al patrono del pan y del trabajo, manifestó que " Vivimos una situación de pobreza escandalosa y de falta de justicia".
Estas apariciones, acompañadas pomposamente por una estructura mediática, tan aceitada a la hora de buscar desacreditar al gobierno de Cristina Fernadez de Kirchner, forman parte de un eslabón más, en el intento destituyente de vastos sectores del poder concentrado de la República Argentina.
Estos mariscales de la hipocresía, castradores de los vientos más renovadores de la Iglesia Catótica, censurando y castigando reiteradas veces a los miembros de la Teología de la Liberación, herederos del mismo poder que Jesús combatía, quieren dar cátedra, de como se combate la pobreza.
Como dice el Padre Eduardo de La Serna, hablan de excluídos, sin hablar de los excluidores. Sin nombrar con nombre y apellido, los causantes en la Argentina, de tanto hambre, horror y proscripción, que viene de décadas.
Acaso, temen incomodar, a sus socios ideológicos de la Sociedad Rural, la misma entidad que sigue reivindicando a Martinezde Hoz ?.
Hubiera sido interesante, que el Cardenal Bergoglio, y la jerarquía de la Iglesia en los años de la dictadura hubiera estado atenta para denunciar y no ser cómplices de los genocidas, dejando en orfandad política a los miembros de la verdadera Iglesia de Dios, que contó entre sus filas con gran cantidad de perseguidos y desaparecidos, por estar trabajando junto de los pobres y excluídos.
Hace unos meses, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas(CRA), Néstor Roulet, declaraba que el ejécito, la Iglesia y el Campo, eran los tres pilares de la sociedad argentina, y que se debía volver a ese esquema de poder.
Será que con estas declaraciones, los jerarcas de la Iglesia, quieren aportar su granito de arena a la restauración conservadora ?
Extrañarán, la década de los 90, cuyo sistema económico social colapsó en el 2001, dejándonos un vendaval de más de 50 % de pobres?.
Somos muchos en la sociedad argentina, que vamos a luchar por no volver a ese esquema de injusticia y opresión, auspiciado por estos mercaderes del Templo.
Y somos muchos cristianos, que creemos en otro modelo de Iglesia, que vuelva a recuperar la mística y los valores, por los que peleó y dió su vida, Jesús.
En está busqueda, no estamos solos. Están los mártires, que siguen alumbrando nuestro camino. Tenemos, al Padre Mugica, a Mons. Angelelli, a Mons. Romero y tantos otros, que nos invitan a no resignarnos, a no claudicar jamás.

El IPC contado para simples mortales



Lo dicen en todos lados. El INDEC miente, el gobierno nos toma el pelo, Moreno nos extorsiona. Lo dicen licenciados, tacheros, doctores, amas de casa, periodistas especializados, MIrtha Legrand, el sodero, ex ministros de economía, la mismísima profesora Bevacqua. Todos indefectiblemente utilizan la fórmula aprendida en los estrados de Harvard que enuncia: “Vos viste como subió todo?, fuiste al súper últimamente?”
Para todos aquellos que entiendan como verdad irrefutable lo que los medios de des-información nos enuncian, va esta sencilla apostilla.
En una nota de Pagina 12 del 01/08/09, Alfredo Zaiat cita, hablando de otro tema, una consultora refuta la intangibilidad de todos los argumentos expuestos anteriormente y nos demuestra, casi sin querer, que poco sabemos de estadística todos aquellos más o menos leídos en otros menesteres de la cultura, pero que poco tenemos que ver con los tecnicismos específicos de esta materia. Dice Zaiat en un párrafo de su nota: “En un reciente informe del Estudio Bein & Asoc. se destaca que para eliminar los subsidios al transporte urbano de pasajeros, calculado en 4884 millones de pesos en el primer semestre de este año (83,8 por ciento más que el destinado en el mismo período de 2008), las tarifas deberían aumentar 116 por ciento en el caso de los colectivos y 419 por ciento en los ferrocarriles y subtes. Los economistas de esa consultora estiman que de ese modo el boleto promedio de colectivo debería costar 3,05 pesos, el de subte, 5,71, y el de tren, 6,18 pesos. Hoy, el valor promedio de esos medios de transporte se ubica en 1,41, 1,10 y 1,19 peso, respectivamente. La conclusión de Bein es que “más allá de la no viabilidad política de semejante aumento, el impacto en el IPC de sincerar plenamente estas tarifas alcanza a sólo 4 puntos porcentuales”, para agregar con destinatario misterioso que “vale la pena remarcarlo porque no parece intuitivo”.”
Ahora bien, esto no lo escribe ni Norberto Itzcovich, ni Ana María Edwin, ni nadie vinculado con el mal encaramado en los subsuelos del INDEC, esto lo escribe un estudio privado de consulta cotidiana en varios medios y como dijera anteriormente, no es el centro de la nota, pero nos muestra cómo un ítem tan sensible a la cotidianeidad de todos nosotros, tan propicio para exclamar ¡!qué barbaridad!¡, tiene una incidencia ínfima respecto de la sensación e indignación que nos produce.
Quedó claro?
Buenas tardes

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