Biografía no autorizada
De niña supo ser traviesa e inquieta.
Dos amigas, tres a lo sumo, con quienes compartía esa sonrisa amplia y franca. Jugando rayuela alguna vez se cayó sentada y no pudo parar de reírse de sí misma por un buen rato. Buena estudiante, concentrada, despierta, rápida para los números y con una memoria prodigiosa.
Linda, seductora, transita la secundaria en un colegio de monjas. Mientras juega pelota al cesto, sueña con ser abogada. La Universidad Nacional de La Plata la recibe como a una más y allí conoce a un flaco desgarbado, de curiosa dicción, tres años mayor que ella con quien se casa 6 meses después. El golpe del ’76 aún los encuentra en City Bell y un par de meses después se mudan a Rio Gallegos.
Consecuente, temperamental, cuidadosa tanto de su imagen externa como de su interior, viaja ya mamá, a La Plata, a terminar su carrera de abogacía. Con el retorno de la democracia, la encuentra trabajando junto a su marido Néstor Carlos Kirchner, quien a esta altura comenzaba su ascendiente carrera política. Años más tarde, y esperando a su segunda hija, Cristina empieza a demostrar su carácter político, comenzando como diputada provincial, reelegida, Convencional Constituyente, Diputada Nacional, Senadora…. Presidenta.
La historia por ser más reciente no hace falta que la describa, solo la adjetivaré: interlocutora sagaz y de principios inquebrantables, decidida, tenaz, inteligente, lúcida, culta y encima bonita.
De mujer, supo ser el cuadro más capacitado y mejor preparado que dio este país.
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Coincido plenamente! saludos
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