La
Juventud Sindical (JS) debe participar del acto del 27 de abril. La
organización que lidera el diputado nacional por el Frente para la
Victoria, Facundo Moyano
fue invitada por La Cámpora y el Movimiento Evita al acto de
este viernes en el estadio de Vélez. De aceptar la propuesta, la
organización recompondría lazos con el kirchnerismo, único espacio del
campo popular con posibilidades reales de transformación social. Por lo
tanto, única también que puede llevar a buen puerto los planteos de la
Juventud Sindical. Los festejos populares del kirchnerismo son siempre
puntos de cristalización de avance popular.
La JS saldría
beneficiada como así también el conjunto del kirchnerismo. ¿Por qué?
Porque el moyanismo es el sector más lúcido del sindicalismo argentino y
su rama juvenil no es la excepción. Siempre han mantenido una actitud
de firmeza ante la patronal y han defendido consecuentemente a los
trabajadores bajo convenio. Además, son el único sector sindical que ha
puesto la oreja en la precarización laboral, un tema que sigue pendiente
de resolución. El año pasado el abogado laboralista y asesor de la CGT,
Héctor Recalde, impulsó un proyecto para reformar el artículo 30 de la
Ley de Contrato de Trabajo.
La propuesta en su momento fue congelada pero recientemente la reflotó Facundo Moyano.El
proyecto tiene como objetivo evitar los abusos de la tercerización
laboral. Plantea la responsabilidad solidaria de la empresa contratante
con la contratista y la equiparación de salarios y convenios entre los
trabajadores tomando el más favorable, siempre que la empresa
contratista desarrolle tareas en la principal o en anexos de la misma.
La iniciativa impulsada por Recalde recibió la férrea oposición del
titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren y de Paolo Rocca
presidente del grupo Techint. Es probable que si avanza el proyecto de
Facundo vuelvan a tener la misma reacción.
El documento menciona
como ejemplo la lucha impulsada por los tercerizados ferroviarios.
Vincula además el asesinato de Mariano Ferreyra con las actitudes
violentas emprendidas por quienes defienden la precarización laboral.
Reconoce, además, el fuerte rechazo de muchos trabajadores al uso
abusivo de la tercerización.
Es necesario decir que el grueso de
las organizaciones k incorporó el tema de manera marginal. El lugar
vacío dejado por el kirchnerismo fue ocupado por la izquierda, sector
que durante el conflicto ferroviario supo capitalizar las demandas
legítimas de los trabajadores de base. Si la lucha contra la
tercerización es sentida por muchos laburantes, es de vital importancia
que un sector del kirchnerismo se ocupe del asunto.
Ahora bien,
la Juventud Sindical debería tener presente que sólo el Gobierno
Nacional puede resolver estos planteos. El kirchnerismo es el único
espacio político con capacidad de articular el grueso de las demandas
del Campo Popular. Eso no quiere decir que exprese todos los reclamos
existentes pero sí que nadie más puede resolverlas. Por fuera del
kirchnerismo sólo hay planteos parciales, muchas veces legítimos, que el
Gobierno incorpora o no, según las circunstancias. Hasta ahora la
precarización laboral es una asignatura pendiente. Sin embargo, la única
posibilidad que tiene el Campo Popular de erradicarla es que el
Gobierno tome cartas en el asunto. No existe margen para que se
constituya un movimiento político alternativo con capacidad de
transformación en beneficio de los sectores populares.
Este
aserto no se aleja de algunas afirmaciones sostenidas en los documentos
de la Juventud Sindical. Los compañeros reconocen que la contradicción
principal pasa por el eje kirchnerismo-antikirchnerismo. Entienden que
hay desacuerdos al interior de cada espacio pero saben que las
principales fuerzas en disputa se corresponden con el clivaje mencionado
y que la mayoría del Pueblo se referencia en el kirchnerismo.
La
tarea es disputar internamente para que las demandas no satisfechas
sean incorporadas. A veces dentro del kirchnerismo existen discrepancias
parciales sobre tal o cuál aspecto. Otras veces los desacuerdos son con
el mismo Gobierno Nacional. No están mal los reclamos. Está mal poner
en duda que el gobierno pueda resolverlos. La clave es no olvidar que la
discrepancia es sólo parcial y que no afecta a la globalidad. Criticar
la parte y defender el todo y no al revés.
El problema no ha
sido la definición política de la Juventud Sindical sino la actuación
práctica. En el último tiempo no ha quedado clara su adhesión al
kirchnerismo. Si la antinomia es kirchnerismo-antikirchnerismo hay que
actuar como kirchneristas. ¿Qué implica eso? En primer lugar no poner en
duda quien conduce. Se puede disputar la orientación del Movimiento
pero no su conducción.
En segundo lugar, apoyar las medidas que
toma Cristina en beneficio del Pueblo. Eso no significa que se deban
reivindicar absolutamente todas las políticas del ejecutivo. Pero si
implica un ejercicio constante de reconocimiento del rumbo elegido, un
señalamiento que la cosa pasa por acá y por ningún otro lado.
Por
último todo espacio k debe articular políticamente con otras
organizaciones kirchneristas. No todos piensan lo mismo y está bien que
así sea. Pero se deben unificar fuerzas para enfrentar al enemigo
principal que como bien señala Facundo se ubica en el antikirchnerismo.
El
acto del 27 de abril será una buena oportunidad para que la Juventud
Sindical construya nuevamente adentro del kirchnerismo. De esa manera el
espacio que lidera Moyano (h) evitará dar un salto al vacío. Y otros
sectores del Movimiento podrán escuchar planteos impostergables para la
profundización del modelo.