Editorialistas que en otros tiempos podían hacer un panegírico de generales asesinos o capitanes torturadores, ,elogiaron más tarde a hijas de ingenieros y sindicalistas desguazadores de lo público. Son lo mismos que entendieron al poder cuando cercenaba derechos y recortaba jubilaciones, los que ahora nos quieren hacer creer que tenemos un secretario de estado que es una especie de líder de una horda de asesinos a sueldo (oficial) que sale a pisar pollitos en la puerta del Florida Garden.
Entre candidatos de trajes heredados que nos retan y nos gritan por la pantalla, otros rojos (ojo que no son bolcheviques) que meten miedo, alianzas de chicas de generosos pechos, con candidatos pechos fríos inflados hasta lo imposible (aún así hay 40 puntos de diferencia), los medios están haciendo un último esfuerzo a ver que pueden hacer para sumarse a esta campaña desesperada para cambiar la realidad.
Hicieron todo lo que pudieron, pero parece que no alcanzó.
Tienen 4 años más para seguir construyendo desde la relativa calma que da el no hacerse responsable de las consecuencias de sus falacias, una realidad que les sea más favorable, o por lo menos más digerible a sus delicados organismos eurocéntricos, aunque tengo malas noticias para ustedes, ayer Nuestra Presidenta, en su cierre de campaña, pronunció una frase que a sus amigos les habrá revuelto las tripas, pero que para quienes militamos en el campo nacional y popular, es música:"SOMOS ORGULLOSAMENTE SURAMERICANOS" (aplausos y ovación) (funde a negro).
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