Hace unos meses, Pino con su grandilocuente verba intentó hacernos comprender lo que los pobres mortales que andamos por las calles de este país no podemos hacer sin escucharlo.
EL FPV se había impuesto en Catamarca y luego en Salta, pero esos resultados había que relativizarlos porque "eran votos de baja calidad".
Luego de su colapso en Capital, donde dilapidó en 2 años el más de 20% obtenido y en las primarias, donde no llegó al piso del 1,5%, volvió a los medios hegemónicos sobre los que se recostó para hacer campaña -con los citados resultados- a fin de retomar el debate en el punto en el que lo había dejado.
En efecto, volvió a embestir contra aquellos "votos de baja calidad". Sí, lo hizo trazando un directo paralelismo entre Menem y Cristina. "No hay que olvidarse que Menem en 1995 obtuvo el 50% de los votos", así que si Cristina sacó ese porcentaje en las primarias "para mi no indica nada".
Entre medio de este elocuente razonamiento quedaban sus diatribas contra la Justicia kirchnerista que dejó libre a Menem y metió preso al sindicalista Sobredo.
Es una verdad de perugrullo y parece obvio señalar que la Justicia es un poder independiente en el sistema republicano. O al menos lo es hoy, cuando las instituciones democráticas funcionan como no lo hacían en la época en que los Jueces salían de la servilleta de Corach y un empleado de la Cámara se sentaba en una banca y votaba una Ley.
Sin embargo no se le escuchó decir nada respecto a los jueces que cometen 17 ilícitos para encubrir delitos de Papel Prensa, ni los que crean un festival de cautelares para demorar la vigencia de la Ley de Medios, ni los que encubren genocidas y buscan protección en Chile cuando son descubiertos. ¿También esa será la Justicia K?
El ladrón piensa que todos son de la misma condición que él. Para Pino todo es igual porque su ambición no le deja pensar el poder sido desde un único lugar de control sobre toda la sociedad.
De la misma forma que piensa que se puede detectar la "calidad del voto" y equiparar lo antagónico (Menem y Cristina) para llegar a una única conclusión: la democracia no sirve si no se implementa el voto calificado y la proscripción a los que no me gustan.
¿Se plantará Pino ante estas tremendas injusticas e irá por más en sus declaraciones para reclamar una nueva Ley electoral desde su vasta tribuna mediática?
El tiempo lo dirá.
Gracias Gustavo
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