DEMASDEMASIADO PROGRE PARAm MACRI

“Así como la monarquía terminó con el feudalismo y la república terminó con la monarquía, la democracia popular terminará con la democracia liberal burguesa y sus distintas evoluciones democráticas de que hacen uso las plutocracias dominantes”
Juan Domingo Perón

"EL PERONISMO NO SE APRENDE NI SE PROCLAMA, SE COMPRENDE Y SE SIENTE"
EVITA


Lectura recomendable

Buenos Aires, Planeta, 2010, 200 páginas
Quisiera que me recuerden

Compilado por Luz Laici, este libro fue publicado en los primeros días de diciembre de 2010, por lo que su primer mérito es haber sido editado casi sin errores en tiempo récord. Contiene una lúcida selección de frases de Néstor Kirchner, especialmente las pronunciadas a partir de 2003. El título del libro proviene de un poema de Joaquín Enrique Areta que el propio Néstor leyó en público en 2005. La lectura de estas páginas no sólo permite conocer “el pensamiento político del hombre que cambió la Argentina en la primera década del siglo XXI”, sino también recordar –no sin emoción– episodios de estos últimos años.
Una sección agrupa frases referidas a la integración regional. Entre otras, la dirigida a George Bush en la Cumbre de las Américas de 2005: “aquí no vengan a patotearnos”. Pocos meses antes, en la Plenaria de la COPPPAL que se celebró en Buenos Aires –que permitió al Partido Justicialista asumir la presidencia de ese organismo–, decía: “en el proceso de integración regional existe la dificultad de asumir la realidad con el discurso y la acción permanente. (...) Eso lleva a la dificultad de que muchas veces se dice una cosa y se hace otra cosa totalmente distinta”. Instaba en esa oportunidad a los representantes de los partidos políticos latinoamericanos a que tuvieran “un discurso claro y poco temeroso de los organismos internacionales de crédito, porque si no, la gente muchas veces termina optando por opciones neoliberales porque los que tienen que hacer el cambio son demasiado prudentes”.
En cuanto a los derechos humanos, Néstor sostuvo: “la reconciliación en la Argentina sin memoria, sin justicia y sin verdad es imposible”. Poco antes le retrucaba a Chiche Duhalde: “yo no miro para atrás. Cuando uno va tras aquel que ha violado los derechos humanos para que la Justicia llegue está mirando para adelante”. Asumía que con esa actitud estaba rompiendo el marco de convivencia implícito que establecía que “para que la democracia pudiera sobrevivir” hacía falta “un marco de impunidad”.
Un párrafo especial merecen las frases en las que Néstor transmitió algunas ideas sobre el peronismo. Por ejemplo, muy pocos días antes de morir dijo que “todos aquellos que adhieren al movimiento nacional y popular sabemos que somos un conjunto de dirigentes que jamás le vamos a poner un candado a un movimiento que es el movimiento del pueblo”. Y pocas semanas antes convocaba a una “alianza policlasista entre los trabajadores, la clase media y los empresarios nacionales para hacer un frente nacional y popular”. Estos planteos no obstaban para que él mismo insistiera en los límites que a su juicio debía tener ese movimiento: “los que robaron y saquearon la Nación; con ese pasado cercano que mal administró la Patria y prácticamente la fundió; con esa vieja dirigencia que nos entregó de manos; con los pequeños grupos económicos, con los que no aman América Latina; con aquellos que querían la constitucionalidad de la Ley de Obediencia Debida de impunidad en la Argentina, con los Patti, con los represores de Estado”. En consonancia con estas palabras, sostenía la necesidad de concebir a la política no como un sistema de liderazgos individuales, sino como una construcción colectiva.
Por último, algunas frases recopiladas en el libro describen la concepción que buscó impulsar sobre el papel del Estado: “el mercado por sí solo no puede funcionar y el Estado por sí solo tampoco. Tenemos que tener un Estado promotor con una mercado funcionando, para construir una nueva alternativa de crecimiento”. Para él, “la máquina de generar pobreza es la concentración económica”. Condensaba entonces estos desafíos en un modelo cuya principal asignatura pendiente era “la recuperación de los trabajadores en la distribución del Producto Bruto Interno, para que pueda llegar al 50 por ciento como lo fue en la época de Perón”.
No desconocía Néstor su fama: “dicen que me peleo mucho, y no es que me pelee mucho, es que negocio poco con ciertos intereses”. Hace poco más de un año también dijo: “no soy un hipócrita, ni trato de quedar bien ni soy políticamente correcto”. Fue así consistente con unas palabras inspiradas que había pronunciado durante la campaña presidencial en febrero de 2003: “más vale pegar tres gritos fuertes a que nuestros chicos se mueran de hambre”. Más vale, Néstor. Gracias también por esos gritos.
Paula Montes

2 comentarios:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails