Algunos periodistas no dejan de sorprenderme por su reconversión no ya ideológica, sino de calidad de sus notas. El otro día me decían que los casos de Lanata, Tenembaum y Caparrós se justicifaba por una especie de Narcisismo extremo y colectivo, que involucra a esta generación de periodistas. Para mí se parece más a un suicidio en masa, solo falta que alguno de estos protagonistas circunstaniales de la noticia, un día de estos se inmole en cámara a lo bonzo, para graficar aun más, el grado de desintegración neuronal que los aqueja.
El caso de Tenembaum, parece indicar que tengo razón.
Desde ese día en que junto con su mentor y guía, tuvieron ese diálogo, repetido hasta el hartazgo en 6, 7, 8, en el que Ernestito respondía con resignación y hasta con preocupación la inquisidora pregunta de Sanata, solicitando a los dioses del Olimpo, y hasta un tercer ojo a Lobsang Rampa, para determinar "quien era el más débil" en la relación entre Clarín y el gobierno, hasta hoy que se chichegelblunizó, el deterioro mental de este psicólogo, politólogo ha llegado a lugares inimaginados.
En su último libro autorreferencial, por lo menos en el título, "Que les pasó", Ernesto nos advertía que su salud mental estaba pidiendo a gritos ayuda. Y nosotros no lo supimos escuchar.
El Martes pasado en su programa "Palabras +, palabras -" que comparte con su compañero de ruta periodística Slotogwiazda, entrevistaron a Martín Lousteau, ex ministro de economía. Programa político, ministro de economía, hasta aquí, todo bien. El joven con pinta de ídem no salió nunca de la sorpresa que le deparó el destino al tener que responder una y otra vez, a preguntas de orden farandulezco en relación con su affaire con nieta de conocida gorila indignada. Política y economía, bien gracias.
En el día de ayer, en su programa de radio Mitre, las declaraciones que Susana Gimenez le hacía, hizo tambalear su equilibrio emocional a un punto que muchos de sus allegados, temieron por su salud. Se debatió todo el reportaje entre su yo actual y su pasado remoto y sepultado de progre con pretenciones. Susana no le dió respiro, ante un disparador de ET para que hable del gobierno, comenzó con un: "Yo creo que no le dan bola a lo que le tienen que dar", "Pareciera que no escuchan a la gente. Para mí, lo primero que hay que solucionar es la seguridad, la violencia, el horror, los crímenes, que te maten por un celular", "Todo eso es igual a paco, a falopa, al horror. Y eso lo saben todos y hay que terminar con eso como sea". Ahí comenzó el proceso de bipolaridad del conductor y no pudo evitar la repregunta: "Cuando decís "como sea", ¿incluís la represión?", a lo que Susana, ya con la cadena al hombro respondió: "Co-mo-se-a", repitió Susana. "Sabrán ellos. Qué se yo cómo, yo no estoy en el gobierno. Como sea", insistió y se preguntó: "¿Por qué le tienen tanto miedo a la represión? Si un tipo delinque o mata tiene que tener represión. ¿Qué pasa con esa palabra?".
En su afiebrada lucha interna, Ernesto vencia por momentos a TNembaum y le recordaba a Rucauff, a Patti, a Aldo Rico, y Su retrucó: "Pero eso se terminó por suerte. Es lo mismo que en Alemania se hable de Hitler. Ya pasó. No se puede vivir así. Pensá lo que pasa en Japón, todo el drama y el horror (del terremoto) ¿Quién lo ayudó primero? Estados Unidos que se morfó (el ataque a) Pearl Harbor y que le tiró dos bombas atómicas a los japoneses". (Muy claro ... ????)
Hablando como Doña Rosa, como una más del pueblo (como un pobre, vah) Susana recordó: "La inseguridad que vi en Nueva York era increíble. Estábamos con Ricardo (Darín) y salimos del teatro a las 10 de la noche. Nos agarró un terror. En un minuto se vació (la zona) y estaban todos los negros drogadictos, tirados en la calle, te agredían, todos borrachos. No sabíamos qué hacer. Y eso se terminó, lo terminó Giuliani", dijo Susana que a esta altura de la entrevista mostraba sin velos su enojo con la situación. "No sé cómo habrá hecho. Pregunten. Eso se puede terminar"
Luego se enganchó con los piquetes, "Por ley o por lo que sea (hay que terminarlos). No pueden joder a la gente que va a trabajar. El derecho de uno se termina en donde empieza el del otro. Y eso es una aberración ya. Un tipo se pelea con la mujer y hace un piquete".
Habló de Cristina, se compadeció de sus contracturas y de su cansancio para concluir "que antes de dedicarse a la política, ella prefiere la muerte".
No debemos olvidar que la diva dice estar cansada de trabajar 4 meses al año y que el próximo año se lo va a tomar, porque está muy cansada.
Nada se supo de la salud de Ernesto.
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