DEMASDEMASIADO PROGRE PARAm MACRI

“Así como la monarquía terminó con el feudalismo y la república terminó con la monarquía, la democracia popular terminará con la democracia liberal burguesa y sus distintas evoluciones democráticas de que hacen uso las plutocracias dominantes”
Juan Domingo Perón

"EL PERONISMO NO SE APRENDE NI SE PROCLAMA, SE COMPRENDE Y SE SIENTE"
EVITA


Un infiltrado K en Clarín


Reproducimos parte de un artículo de Clarín en el que un periodista K, enviado a Venezuela, él que nos deja entrever, subrepticiamente para burlar la mirada inquisidora de sus patrones, y utilizando las palabras clave "Chavez, Kirchner", el entretejido de la prisión mediática en que los pueblos hermanos se ven envueltos.  De más está decir que nos solidarizamos con el trabajador de prensa, ya que puesto al descubierto su real intención, en la calle Tacuarí, como mínimo, dudan en pagarle su pasaje de regreso.

PARALELOS ENTRE CARACAS Y BUENOS AIRES
Kirchneristas y chavistas, como en un espejo
Chávez controla el precio de la carne. Y hay críticas con sorna a la prensa en los canales oficiales.

CARACAS ENVIADO ESPECIAL de Clarín
Nicolás Wiñazki
nwinazki@clarin.com


El Gobierno implementó un control de precios: busca que baje, sobre todo, el costo del precio de la carne. La oposición se siente victoriosa, pero está dispersa, y a pesar de los sondeos en contra, el Presidente dice que su proyecto va a durar varios años más. Cada noche, un programa de la televisión oficialista critica y desacredita a los periodistas que según ese envío solo responden a intereses oscuros, a los "grupos económicos".

Acá vemos como utilizando la ténica descripta, el bueno de Nicolás, cuela la idea fuerza de todo el artículo: poner  en blanco sobre negro a los responsables (intereses oscuros y grupos económicos).  Sigamos con la nota.

El Gobierno cree ahora que para enfrentar a la oposición mediática debe empezar a utilizar las herramientas de la web 2.0 No son escenarios que describen la situación argentina. Estas cosas pasan hoy en Venezuela.

Claramente, el paralelismo es sorprendente.

Cada noche, en VTV, uno de los canales manejados por chavismo, el programa La Hojilla se encarga de desacreditar ferozmente a los periodistas que denuncian presiones del Gobierno o simplemente critican algunas medidas. Esta especie de 678 venezolano está conducido por Mario Silva. Igual que el envío del canal 7 argentino, a veces lo acompañan diferentes líderes del oficialismo venezolano o artístas. Entrevistador y entrevistado nunca disienten. Solo se retroalimentan. Cada día, se mofan de los diarios no oficialistas, como El Nacional. Este programa de medianoche está precedido por otro que empieza algunas horas antes, llamado "Los papeles de Mandinga". Ayer, su conductor trataba de "ladrones" a los productores de carne que no cumplen con los precios oficiales.

Es que el enemigo cambia de color, de vestimenta y de nombre, pero siempre es el mismo.  Por otro lado, son memorables las discusiones entre Bonelli e in-Morales, o Blanch y Pepino, o Santo y Mirinda misionera, ante la profesía de ésta, por ejemplo, de lluvia de langostas K armadas . 

La oposición también es uno de los blancos preferidos de estos programas, y también de Chávez: ambos suelen acusar a sus dirigentes de complotadores y los describe simplemente como marionetas de los grupos económicos. Los opositores venezolanos se muestran victoriosos, dicen que el oficialismo está en retirado. Pero en los hechos parece ser el Gobierno el que marca la agenda.

Vemos que nuestro enviado K, no ahorra paralelismos a la hora de acusar a los traidores, jenuflexos, vendepatrias.

También como en Argentina, el Gobierno de Chávez acaba de iniciar un desembarco en la web: el presidente estrenó cuenta de twitter. Su ministro de Obras Públicas, Diosdado Cabello, dice que "hay que tomar por asalto a las redes sociales para contrarrestar opiniones". Lo mismo argumenta, en Buenos Aires, Aníbal Fernández.

No nos consta que Cristina tenga Twitter, así como desconocemos si Diosdado utiliza remeras alusivas al tropiezo de Prisma contra la realidad.

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