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“Así como la monarquía terminó con el feudalismo y la república terminó con la monarquía, la democracia popular terminará con la democracia liberal burguesa y sus distintas evoluciones democráticas de que hacen uso las plutocracias dominantes”
Juan Domingo Perón

"EL PERONISMO NO SE APRENDE NI SE PROCLAMA, SE COMPRENDE Y SE SIENTE"
EVITA


Los índices privados son un mamarracho

Norberto Itzcovich balconeando en el INDEC
Ya lo decíamos nosotros, de puro intuitivos que éramos, pero el DT de esto sabe algo y nos desazna en una nota que dió a Revista 23.

El director técnico del Indec defiende las mediciones del organismo, cuestiona a las consultoras y desafía: “No se atreverían a debatir con nosotros”.

POR TALI GOLDMAN

Como cualquier director técnico que conduce un equipo, Norberto Itzcovich tiene puesta la camiseta del suyo. Una foto con Néstor Kirchner en la pantalla de su computadora y adornos peronistas en su despacho, reflejan el compromiso del DT con el organismo más polémico de la era K: el Indec.
Itzcovich regresó hace pocos días de Nueva York, luego de participar en la 42ª sesión de la Comisión de Estadística de la Organización de Naciones Unidas (ONU). “En el encuentro estuvieron presentes representantes de todos los países para discutir temas que tienen que ver con la estadística pública a nivel mundial”, explica, anticipando lo que presentará como una tácita paradoja: “Por segundo año consecutivo, la Argentina participó, además, de la ‘mesa chica’ en la que se discuten los lineamientos estratégicos de la política estadística mundial.
Ahí se sientan los principales países en materia económica y estadística como Alemania, Estados Unidos, Rusia, China, etcétera –detalló–. Ser parte de eso es muy importante para nuestro país”.
De regreso en su trinchera de Perú y Diagonal Sur, Itzcovich retoma una actividad menos amable: atajar cuestionamientos.
–Hace dos semanas, la Secretaria de Comercio intimó a las consultoras privadas para que expliquen cómo realizan sus mediciones de precios. Ustedes tuvieron que evaluar las respuestas de esas consultoras.
¿A qué conclusión llegaron? –Nos llamó la atención lo impresentables que eran. No calculan bien el Índice de Precios al Consumidor (IPC), porque no están en capacidad de elaborarlos y se nota que no tienen idea de cómo hacerlo. Los mecanismos que utilizan son un desastre, no tienen en cuenta un montón de parámetros, normas y recomendaciones que hay que tener en cuenta a la hora de elaborar seriamente un IPC. Los índices privados son un mamarracho.
–¿En qué se basan las diferencias entre el mecanismo del Indec y el de las consultoras? –Nuestra capacidad operativa es única. Tenemos muchísimos encuestadores que recorren más de 6.000 negocios por mes y traen más de 100 mil precios.
El IPC del Gran Buenos Aires (N. de la R.: el Indec sólo mide en ese distrito) lo elaboramos de una forma determinada de acuerdo a recomendaciones internacionales, al manual que elaboraron desde el FMI hasta la OIT y el Banco Mundial, y todo el proceso está publicado en la Web. Las consultoras privadas explican que a veces toman de referencia una cosa, a veces otra, a veces muchos precios, otras pocos y hasta dicen que se fijan los precios por Internet.
–¿Eso explica las diferencias tan importantes entre ambos índices? –La clave está en la metodología. Por ejemplo, en el rubro “comidas fuera del hogar”, dicen: “Tomamos un restaurante del microcentro o uno de Belgrano y Puerto Madero”.
Nosotros además tomamos los restaurantes de barrio, de las estaciones de trenes, donde consume gran parte de la población del Gran Buenos Aires. Lo mismo sucede con los supermercados, en donde el Indec también contempla almacenes y verdulerías de barrio. Además, algunas consultoras directamente dicen que no toman en cuenta los servicios y nosotros sí tomamos luz, gas, transporte, teléfono, que obviamente incide en el valor final del IPC. El problema es que las consultoras privadas no quieren dar el debate porque saben que no nos pueden hacer frente. Lo nuestro es claro y transparente.
–El gobierno de Mendoza decidió elaborar sus propias mediciones sumándose a otras diez provincias que también utilizan mecanismos similares.
¿Esto es perjudicial para el Indec? –Al contrario, esto es beneficioso.
El sistema estadístico es federal. El Indec es la cabeza del sistema nacional y cada provincia tiene su dirección provincial que no depende del Indec. Nosotros lo que sí hacemos son convenios para hacer todos los operativos nacionales, encuesta permanente de hogares, encuestas económicas, el censo, etc. Entonces, cuanto más cosas haga cada provincia para fortalecer el sistema estadístico, es mejor. A nosotros, el IPC de enero nos dio 0,7 y a Mendoza el 0,8, o sea que tan mal no lo hicimos. Si los mecanismos que utilizan son transparentes y con los parámetros internacionales, sin duda es muy positivo.
–¿Pero esa diversificación no contribuye a dudar sobre la confiabilidad de los datos del Indec? –Como dije antes, el IPC nuestro es del Gran Buenos Aires, entonces es lógico que haya diferencias con respecto a otras provincias.
Por ejemplo, me acuerdo que en un diario salió que había una “gran diferencia” con el índice de San Luis a causa del aumento en el precio de los taxis. ¿En qué incide el precio del taxi de San Luis en Buenos Aires? En nada. Entonces es lógico que exista esa diferencia. Hoy lo que ocurre es que se toma el IPC del Gran Buenos Aires como si fuera el de la Nación. Para evitar eso ahora estamos trabajando en un IPC a nivel nacional, que la Argentina nunca tuvo. Eso motivó la contratación del FMI como consultor.
–En su discurso inaugural en el Congreso la Presidenta fue muy específica con datos de la macroeconomía. La oposición calificó esos números como “falsos”. ¿Cómo se combate la barrera de la incredulidad que se instaló a partir de los cambios en el Indec? –Muy fácil. Nosotros somos técnicos, nuestro objetivo es ser cada vez más transparentes y eso lo logramos a través de la publicación de todo lo que hacemos en nuestra página de Internet. Además de explicar nuestra metodología en medios periodísticos, en las cámaras empresarias, en sindicatos, en la facultad de Económicas, etc. Como ejercicio, recomiendo fijarse en los diarios que quieren instalar este mito de la incredulidad del Indec la cantidad de veces que publican nuestros datos sin ningún tipo de cuestionamiento. Respecto del comercio exterior, la encuesta permanente de hogares, el crecimiento del PBI, del turismo, de los supermercados, de shoppings. Los mismos diarios que por un lado intentan instalar esa cuestión, usan nuestros índices.
–Sin embargo, la percepción inflacionaria está por encima del índice que publica el Indec.
–Eso es una cuestión política que nos excede a los técnicos. La inflación no se mide únicamente teniendo en cuenta el IPC de la canasta fija, que es lo que nosotros medimos.
Hay que tener en cuenta muchísimas cosas como el precio del dólar, la tasa de interés, el superávit fiscal, el superávit exterior, los salarios, etc. Agarrando todos esos datos uno puede tener el panorama de la inflación.
Históricamente nos decían que si hay déficit fiscal y sube el dólar hay inflación.
Desde que comenzó este modelo de redistribución con inclusión hay superávit fiscal y comercial con lo cual el dólar está muy tranquilo. Así que las causas que durante cuarenta años nos dijeron que eran la base de la inflación, hoy no existen.
–¿Entonces por qué en las paritarias se discuten aumentos del treinta por ciento si el índice de inflación, según el Indec, ronda el diez? –El IPC es sólo un indicador a tener en cuenta a la hora de negociar los salarios y ni siquiera lo más sustantivo. Cuando comienzan las paritarias se tienen en cuenta muchísimas cosas, como los precios internacionales y el de las materias primas.
Si la ecuación fuera “a determinada inflación, determinados salarios”, entonces no tendría sentido que cada gremio o cada rama tengan sus propias negociaciones y habría un aumento salarial igual para todos. El Indec supuestamente comenzó a estar cuestionado en el 2007.
Si uno compara los índices de salarios y del IPC desde el 2003 al 2006, el de salarios está entre ocho y doce puntos porcentuales por arriba del IPC. Entonces en el 2005 se podría haber hecho la misma pregunta. ¿Qué pasa que los salarios se negocian muy por arriba de la variación de precios? Pero eso no se lo cuestionaban los grandes medios ni la oposición porque no era el tema. La explicación es clara. Este es un modelo de redistribución del ingreso a favor de los trabajadores y que tiende paulatinamente a ir llegando al famoso “fifty-fifty”, cincuenta por ciento para cada uno de los sectores. Y eso se hace favoreciendo a los trabajadore.

4 comentarios:

  1. Muy claro, la replico en mi blog.
    Saludos!

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  2. Más clarito, que le echen agua, me pareció perfecta la explicación, espero después de las elecciones que los medios dejen de hacer política barata y todo se tranquilice y si no es así, que digan lo que quieran, total las muestras están a la vista.
    Carlos Marciano

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  3. Exactamente. Y si no lo hiciste leete este http://algunosprecios.blogspot.com/2011/03/afirman-que-relevamientos-de.html

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