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En suelo Argentino
Emotivo spot publicitario en homenaje a los caídos y ex combatientes de Malvinas, que en el día de ayer se transmitió en cadena a las 10 de la noche. Para el que no lo vió, acá está.
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Y Péguele Fuerte
Distintas sensaciones recorren el alma de un militante de la soberanía nacional, al ver como de a poco se van cumpliendo uno a uno los sueños de otros tiempos. Sueños compartidos por varias generaciones de argentinos que vivieron, lucharon y murieron algunos y otros aún resistimos.
Primeramente, y luego de escuchar 8 horas de debate en un plenario de comisiones del Senado, donde el Ministro De Vido en su carácter de interventor y el vice ministro de Economía, Axel Kicillof como vice interventor, expusieron y respondieron preguntas de los senadores opositores, unos más que otros, pero eso es otro tema, tiene más que ver con las medidas fácticas no con los sentimientos que esta medida evoca.
Capítulo aparte es la conferencia de prensa que brindó el jefe de gobierno porteño, conferencia que por otro lado debe entenderse que es en representación de "Líder de la bancada oficialista", si tal cosa existe y si alguien en su sano juicio puede darle la representación de algo a semejante mequetrefe. Por otro lado, esta es una prueba más que contundente, de que vamos por el buen camino.
Volviendo a la emoción de vivir en ésta época, de ser parte de esta historia (totalmente anónimo), de compartir la plaza con mis compañeros de ruta, de sentir que no puedo contener las lágrimas ante tanta demostración de soberanía, de patria, de convicciones compartidas, de ver como día a día se va levantando el bronce que solo los próceres merecen y en el pie ya puede leerse "PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHENER".
Capítulo aparte es la conferencia de prensa que brindó el jefe de gobierno porteño, conferencia que por otro lado debe entenderse que es en representación de "Líder de la bancada oficialista", si tal cosa existe y si alguien en su sano juicio puede darle la representación de algo a semejante mequetrefe. Por otro lado, esta es una prueba más que contundente, de que vamos por el buen camino.
Volviendo a la emoción de vivir en ésta época, de ser parte de esta historia (totalmente anónimo), de compartir la plaza con mis compañeros de ruta, de sentir que no puedo contener las lágrimas ante tanta demostración de soberanía, de patria, de convicciones compartidas, de ver como día a día se va levantando el bronce que solo los próceres merecen y en el pie ya puede leerse "PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHENER".
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Operativo Condor
A 45 años del Operativo Cóndor los sobrevivientes reeditan la hazaña
Eran 18 jóvenes militantes peronistas que desviaron un avión en pleno vuelo y lo hicieron aterrizar en las Malvinas.
Allí lograron hacer flamear la bandera celeste y blanca durante 36 horas. Para Onganía fue un acto de piratería .
Pocos lo saben, pero el primer secuestro aéreo del país tuvo un fin noble y patriótico: reclamar la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas. Y por 36 horas lo lograron, al hacer flamear allí siete banderas argentinas.
“Muchachos, aunque nos cueste la vida. Lo de menos es que nos lleven presos a Inglaterra. Lo más glorioso, que caigamos en el intento”, les dijo Dardo Cabo, jefe del autodenominado Operativo Cóndor, a los 18 militantes peronistas que decidieron desviar en pleno vuelo el Douglas DC4 de Aerolíneas Argentinas que se dirigía a Río Gallegos. Fue el 28 de septiembre de 1966 cuando hacía sólo tres meses el dictador Juan Carlos Onganía había tomado el poder.
Hoy, cuatro sobrevivientes de aquella gesta heroica se reunieron por primera vez para contarle a Tiempo Argentino qué pasó hace 45 años y por qué su reclamo hoy tiene más vigencia que nunca.
Norberto Karasiewicz y Juan Carlos Bovo coinciden en que las negociaciones por la soberanía en las islas que inició el gobierno nacional “son correctas, no hay otra forma que la paz y el derecho. La guerra ya nos costó mucha sangre, la única salida es la diplomacia”, aseguran. Ricardo Ahe, en tanto, agrega que eso solo no alcanza. “Hay que sudamericanizar la Antártida para cerrar la penetración británica y comenzar a pensar estratégicamente cómo poblamos la Patagonia. Porque hay que estar atentos, a ellos le interesan los recursos naturales de toda la zona.” Fernando Aguirre se reserva una crítica para los intelectuales argentinos (Beatriz Sarlo, José Luis Sebrelli, Luis Alberto Romero, entre otros) que hace pocos días escribieron una solicitada pidiendo tener en cuenta a los kelpers para una futura negociación. “Es una vergüenza lo que plantean, no dejan de ser alternativas pusilánimes”, dice.
Ellos, que se reunieron ayer en la Plaza San Martín de Ituzaingó donde un cóndor hecho monumento les rinde homenaje, fueron los primeros en reafirmar la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas después de 133 años, cuando formaron parte de los 18 jóvenes que durante casi diez meses planearon en absoluta reserva el operativo. Todos ellos estuvieron concentrados en un retiro espiritual durante tres días en un camping de la UTA en Ituzaingó. Totalmente aislados y sin comunicación con el exterior para que no se filtrara ninguna información que pudiera hacer peligrar el operativo. La fecha original de partida estaba prevista para octubre, pero la visita al país del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel de Inglaterra, precipitó las cosas. El príncipe venía en representación de la Federación Ecuestre Internacional y por esos días iba a estar jugando al polo con el dictador Juan Carlos Onganía. El momento político, según confiesan, era inmejorable.
Fernando Aguirre, que con 21 años militaba en el Comando Revolucionario de la Juventud Peronista de Merlo, relata a Tiempo que “la idea original era comprar todos los boletos del vuelo AR 648 para evitar problemas con los pasajeros. Pero el dinero para el operativo, no alcanzó”. Aguirre fue uno de los que esa noche llevaba en su bolso armas y explosivos, que fueron cuidadosamente guardados en las bodegas que daban a los asientos delanteros. Ese trabajo de inteligencia previo fue delegado casi en su totalidad a María Cristina Verrier, la pareja de Dardo Cabo, una joven periodista de la revista Panorama que ya había viajado varias veces a las Islas Malvinas y tenía estudiado todos los detalles de la nave, desde los pasajeros habituales hasta la autonomía de vuelo.
A las 0:30 el Douglas DC4 despegó con 48 pasajeros a bordo. Todo parecía normal hasta que apenas pasadas las 6 de la mañana, el operativo comenzó a desplegarse en pleno vuelo.
Dardo Cabo y Alejandro Giovenco ingresaron a punta de pistola a la cabina y ordenaron al piloto Ernesto Fernández García y al copiloto Silvio Sosa Laprida cambiar el rumbo.
–No se muevan ni toquen la radio. El avión está tomado –ordenaron–.
–Muchachos, no jodan. Vuelvan a sus asientos.
–Obedezcan mis órdenes y nadie saldrá herido. Somos el Comando Cóndor. Usted, coloque el rumbo uno-cero-cinco. Nos dirigimos a Malvinas.
Ahí empezó la odisea. El piloto, con el revólver apuntándole en la cabeza, cambió la dirección, ahora hacia Puerto San Julián, y de a poco, el avión comenzó a girar a la izquierda para abrirse del continente.
En tanto, Carlos Rodríguez y Pedro Tursi, que ya habían encerrado en el baño al comisario de a bordo Raúl Ferrari, fueron hasta el asiento del gobernador de facto de Tierra del Fuego, el contraalmirante Guzmán, que casualmente formaba parte del pasaje y le dijeron: “Contraalmirante, el avión ha sido tomado. Vamos a Puerto San Julián rumbo a Malvinas.” El militar no le creyó y su edecán sacó un arma, pero los cóndores se la arrebataron. Guzmán quedó mudo hasta pisar tierra.
Eso ocurrió finalmente a las 9:57, luego de sobrevolar tres veces la zona y cambiar el lugar del descenso por las malas condiciones climáticas. Tuvieron que hacerlo en una improvisada pista hípica, bastante lejos de la residencia del gobernador, alterado el plan original.
Una vez en tierra firme, se dispusieron en forma de abanico para izar las siete banderas que traían y entonaron el himno nacional. El gobernador de facto de Tierra del Fuego se negó a cantar y les dio la espalda. Mientras tanto, de pie y frente a la atenta mirada de todos, Dardo Cabo proclamó: “Ponemos hoy nuestros pies en las Islas Malvinas argentinas para reafirmar con nuestra presencia la soberanía nacional y quedar como celosos custodios de la azul y blanca (...) O concretamos nuestro futuro o moriremos con el pasado.” Luego, rebautizó al lugar como Puerto Rivero, en homenaje al gaucho Antonio Rivero que en 1833 se levantó contra los ingleses y gobernó las islas por unos meses.
En ese mismo acto se tomó como rehenes a pobladores civiles de la isla y a jefes de las milicias locales “hasta tanto el gobernador inglés reconozca que estamos en territorio argentino”. Pero eso jamás ocurrió y tuvo que intervenir Rodolfo Roel, un cura católico holandés, para calmar la situación. El párroco dio una misa en el interior del avión y luego intercedió para que los pasajeros se alojaran en viviendas cercanas a la pista, mientras los integrantes del operativo esperaban afuera bajo una fuerte llovizna. Ya habían pasado 40 horas y el hambre y el frío se hacían notar.
Al rato, se vieron rodeados por unos 30 civiles y militares belgas e ingleses que exigían la rendición. No hubo ningún disparo y 48 horas después la resistencia terminó. “No nos entregamos ni nos rendimos, ‘depusimos’ la actitud -aclara Karasiewicz-. El reclamo de soberanía se había hecho y no tuvimos el apoyo de las tropas argentinas. Entonces, ante el comandante (Fernández García), la única autoridad que reconocimos, depusimos las armas.”
Para Ricardo Ahe, esa actitud fue clave. “Al tomarnos presos el comandante, significa que por intermedio suyo el Estado nacional ejerció el poder de policía y ese es un acto pleno de soberanía. Además, esto se complementó con el accionar del Poder Judicial, que nos juzgó reconociendo su competencia y jurisdicción, lo cual reafirma la pertenencia de las islas al territorio nacional de Tierra del Fuego.”
Los 18 jóvenes peronistas, que permanecieron detenidos en la iglesia del puerto durante una semana, embarcaron rumbo a Ushuaia, junto al resto de los pasajeros, en el buque de bandera argentina Bahía Buen Suceso.
Allí estuvieron detenidos en el penal de Ushuaia nueve meses hasta que el 26 de junio de 1967, fueron condenados por privación ilegítima de la libertad, portación de arma de guerra, asociación ilícita, piratería y robo en descampado. Por no existir jurisprudencia nacional en la materia, no pudieron ser condenados por el delito de secuestro aéreo. A Dardo Cabo, Alejandro Giovenco y Juan Carlos Rodríguez les dieron tres años de prisión; para el resto, nueve meses.
La idea era reclamar la soberanía sobre el territorio y esperar que un sector del Ejército argentino aprovechara esa situación y desembarcara en las islas para recuperarlas. Pero eso nunca sucedió, sino todo lo contrario ya que el gobierno de facto de Onganía emitió un comunicado en el que expresó que “la recuperación de Malvinas debe ser resuelta por la vía diplomática y no por un acto de piratería”. Para las bases sindicales y estudiantiles, en cambio, fueron “héroes”.
Hoy, los cuatro integrantes de aquella gesta histórica que volvió a instalar en la agenda pública el olvidado reclamo sobre la soberanía de Malvinas le piden a los jóvenes no olvidar a los caídos en combate y jamás renunciar a lo que nos corresponde como argentinos. Quizás ellos no lo vean, pero están convencidos de que algún día las islas volverán a ser argentinas. Por eso volaron hacia allá hace 45 años. Y por esa misma causa lo volverían a hacer.
Tomado de Tiempo Argentino
Eran 18 jóvenes militantes peronistas que desviaron un avión en pleno vuelo y lo hicieron aterrizar en las Malvinas.
Allí lograron hacer flamear la bandera celeste y blanca durante 36 horas. Para Onganía fue un acto de piratería .
Por: Fernando Pittaro
Pocos lo saben, pero el primer secuestro aéreo del país tuvo un fin noble y patriótico: reclamar la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas. Y por 36 horas lo lograron, al hacer flamear allí siete banderas argentinas.
“Muchachos, aunque nos cueste la vida. Lo de menos es que nos lleven presos a Inglaterra. Lo más glorioso, que caigamos en el intento”, les dijo Dardo Cabo, jefe del autodenominado Operativo Cóndor, a los 18 militantes peronistas que decidieron desviar en pleno vuelo el Douglas DC4 de Aerolíneas Argentinas que se dirigía a Río Gallegos. Fue el 28 de septiembre de 1966 cuando hacía sólo tres meses el dictador Juan Carlos Onganía había tomado el poder.
Hoy, cuatro sobrevivientes de aquella gesta heroica se reunieron por primera vez para contarle a Tiempo Argentino qué pasó hace 45 años y por qué su reclamo hoy tiene más vigencia que nunca.
Norberto Karasiewicz y Juan Carlos Bovo coinciden en que las negociaciones por la soberanía en las islas que inició el gobierno nacional “son correctas, no hay otra forma que la paz y el derecho. La guerra ya nos costó mucha sangre, la única salida es la diplomacia”, aseguran. Ricardo Ahe, en tanto, agrega que eso solo no alcanza. “Hay que sudamericanizar la Antártida para cerrar la penetración británica y comenzar a pensar estratégicamente cómo poblamos la Patagonia. Porque hay que estar atentos, a ellos le interesan los recursos naturales de toda la zona.” Fernando Aguirre se reserva una crítica para los intelectuales argentinos (Beatriz Sarlo, José Luis Sebrelli, Luis Alberto Romero, entre otros) que hace pocos días escribieron una solicitada pidiendo tener en cuenta a los kelpers para una futura negociación. “Es una vergüenza lo que plantean, no dejan de ser alternativas pusilánimes”, dice.
Ellos, que se reunieron ayer en la Plaza San Martín de Ituzaingó donde un cóndor hecho monumento les rinde homenaje, fueron los primeros en reafirmar la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas después de 133 años, cuando formaron parte de los 18 jóvenes que durante casi diez meses planearon en absoluta reserva el operativo. Todos ellos estuvieron concentrados en un retiro espiritual durante tres días en un camping de la UTA en Ituzaingó. Totalmente aislados y sin comunicación con el exterior para que no se filtrara ninguna información que pudiera hacer peligrar el operativo. La fecha original de partida estaba prevista para octubre, pero la visita al país del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel de Inglaterra, precipitó las cosas. El príncipe venía en representación de la Federación Ecuestre Internacional y por esos días iba a estar jugando al polo con el dictador Juan Carlos Onganía. El momento político, según confiesan, era inmejorable.
Fernando Aguirre, que con 21 años militaba en el Comando Revolucionario de la Juventud Peronista de Merlo, relata a Tiempo que “la idea original era comprar todos los boletos del vuelo AR 648 para evitar problemas con los pasajeros. Pero el dinero para el operativo, no alcanzó”. Aguirre fue uno de los que esa noche llevaba en su bolso armas y explosivos, que fueron cuidadosamente guardados en las bodegas que daban a los asientos delanteros. Ese trabajo de inteligencia previo fue delegado casi en su totalidad a María Cristina Verrier, la pareja de Dardo Cabo, una joven periodista de la revista Panorama que ya había viajado varias veces a las Islas Malvinas y tenía estudiado todos los detalles de la nave, desde los pasajeros habituales hasta la autonomía de vuelo.
A las 0:30 el Douglas DC4 despegó con 48 pasajeros a bordo. Todo parecía normal hasta que apenas pasadas las 6 de la mañana, el operativo comenzó a desplegarse en pleno vuelo.
Dardo Cabo y Alejandro Giovenco ingresaron a punta de pistola a la cabina y ordenaron al piloto Ernesto Fernández García y al copiloto Silvio Sosa Laprida cambiar el rumbo.
–No se muevan ni toquen la radio. El avión está tomado –ordenaron–.
–Muchachos, no jodan. Vuelvan a sus asientos.
–Obedezcan mis órdenes y nadie saldrá herido. Somos el Comando Cóndor. Usted, coloque el rumbo uno-cero-cinco. Nos dirigimos a Malvinas.
Ahí empezó la odisea. El piloto, con el revólver apuntándole en la cabeza, cambió la dirección, ahora hacia Puerto San Julián, y de a poco, el avión comenzó a girar a la izquierda para abrirse del continente.
En tanto, Carlos Rodríguez y Pedro Tursi, que ya habían encerrado en el baño al comisario de a bordo Raúl Ferrari, fueron hasta el asiento del gobernador de facto de Tierra del Fuego, el contraalmirante Guzmán, que casualmente formaba parte del pasaje y le dijeron: “Contraalmirante, el avión ha sido tomado. Vamos a Puerto San Julián rumbo a Malvinas.” El militar no le creyó y su edecán sacó un arma, pero los cóndores se la arrebataron. Guzmán quedó mudo hasta pisar tierra.
Eso ocurrió finalmente a las 9:57, luego de sobrevolar tres veces la zona y cambiar el lugar del descenso por las malas condiciones climáticas. Tuvieron que hacerlo en una improvisada pista hípica, bastante lejos de la residencia del gobernador, alterado el plan original.
Una vez en tierra firme, se dispusieron en forma de abanico para izar las siete banderas que traían y entonaron el himno nacional. El gobernador de facto de Tierra del Fuego se negó a cantar y les dio la espalda. Mientras tanto, de pie y frente a la atenta mirada de todos, Dardo Cabo proclamó: “Ponemos hoy nuestros pies en las Islas Malvinas argentinas para reafirmar con nuestra presencia la soberanía nacional y quedar como celosos custodios de la azul y blanca (...) O concretamos nuestro futuro o moriremos con el pasado.” Luego, rebautizó al lugar como Puerto Rivero, en homenaje al gaucho Antonio Rivero que en 1833 se levantó contra los ingleses y gobernó las islas por unos meses.
En ese mismo acto se tomó como rehenes a pobladores civiles de la isla y a jefes de las milicias locales “hasta tanto el gobernador inglés reconozca que estamos en territorio argentino”. Pero eso jamás ocurrió y tuvo que intervenir Rodolfo Roel, un cura católico holandés, para calmar la situación. El párroco dio una misa en el interior del avión y luego intercedió para que los pasajeros se alojaran en viviendas cercanas a la pista, mientras los integrantes del operativo esperaban afuera bajo una fuerte llovizna. Ya habían pasado 40 horas y el hambre y el frío se hacían notar.
Al rato, se vieron rodeados por unos 30 civiles y militares belgas e ingleses que exigían la rendición. No hubo ningún disparo y 48 horas después la resistencia terminó. “No nos entregamos ni nos rendimos, ‘depusimos’ la actitud -aclara Karasiewicz-. El reclamo de soberanía se había hecho y no tuvimos el apoyo de las tropas argentinas. Entonces, ante el comandante (Fernández García), la única autoridad que reconocimos, depusimos las armas.”
Para Ricardo Ahe, esa actitud fue clave. “Al tomarnos presos el comandante, significa que por intermedio suyo el Estado nacional ejerció el poder de policía y ese es un acto pleno de soberanía. Además, esto se complementó con el accionar del Poder Judicial, que nos juzgó reconociendo su competencia y jurisdicción, lo cual reafirma la pertenencia de las islas al territorio nacional de Tierra del Fuego.”
Los 18 jóvenes peronistas, que permanecieron detenidos en la iglesia del puerto durante una semana, embarcaron rumbo a Ushuaia, junto al resto de los pasajeros, en el buque de bandera argentina Bahía Buen Suceso.
Allí estuvieron detenidos en el penal de Ushuaia nueve meses hasta que el 26 de junio de 1967, fueron condenados por privación ilegítima de la libertad, portación de arma de guerra, asociación ilícita, piratería y robo en descampado. Por no existir jurisprudencia nacional en la materia, no pudieron ser condenados por el delito de secuestro aéreo. A Dardo Cabo, Alejandro Giovenco y Juan Carlos Rodríguez les dieron tres años de prisión; para el resto, nueve meses.
La idea era reclamar la soberanía sobre el territorio y esperar que un sector del Ejército argentino aprovechara esa situación y desembarcara en las islas para recuperarlas. Pero eso nunca sucedió, sino todo lo contrario ya que el gobierno de facto de Onganía emitió un comunicado en el que expresó que “la recuperación de Malvinas debe ser resuelta por la vía diplomática y no por un acto de piratería”. Para las bases sindicales y estudiantiles, en cambio, fueron “héroes”.
Hoy, los cuatro integrantes de aquella gesta histórica que volvió a instalar en la agenda pública el olvidado reclamo sobre la soberanía de Malvinas le piden a los jóvenes no olvidar a los caídos en combate y jamás renunciar a lo que nos corresponde como argentinos. Quizás ellos no lo vean, pero están convencidos de que algún día las islas volverán a ser argentinas. Por eso volaron hacia allá hace 45 años. Y por esa misma causa lo volverían a hacer.
Tomado de Tiempo Argentino
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¿De que hablarían los medios si no estuviera Moreno?
Hace un par de años, en una investigación que hizo Perfil.com, y que tituló: "El increíble prontuario vial de Guillermo Moreno", y no se queda en el título, en la nota arremete con: ""Pistola", como suelen llamarlo porque dicen que negocia con un arma sobre el escritorio, es también un "pistola" en el asfalto y acumula 52 infracciones de tránsito en su haber: una verdadera amenaza vial."
No se privan de nada los muchachos, pistola, amenaza, polémico, pero resulta que la gran mayoría de las infracciones es por mal estacionamiento y no uso del cinturón de seguridad. Un verdadero peligro. Al Capone era un príncipe a su lado.
Las historia de siempre, cuando no hay que achacarle al secretario, distorsionan y manipulan la información o lisa y llanamente, mienten.
La Nación de hoy le dedica dos artículos centrales al licenciado en economía egresado de la UADE (casi una herejía), el primero y más leído en la edición de internet del diario (es la primer ventana en mostrarse) que reza "La política de Moreno entorpece la provisión de alimentos, electrodomésticos y medicamentos", por Alfredo Sainz y la segunda nota editorial, "Moreno todavía no va a toda velocidad" por Jorge Oviedo.
El caso de Oviedo, es decididamente para terapia. No es la primera vez que lo desnudamos desde este humilde blog, ni será la última.
Parece que la ley antiterrorista no es como aseguran los delirantes de la izquierda (¿?) vernácula -si es que tal cosa existe- que es una imposición del FMI, de la CIA, y de la DEA juntos, sino una ley hecha a la medida de Moreno y parecería que redactada por el mismo. Es aquí donde la paranoia del redactor se mezcla con esa tendencia del periodismo independiente de citar fuentes anónimas que "dicen" y "sostienen" alucinaciones de pesadilla (fruto de la mala digestión de comer sandía con tinto), dieta a la que sería adicto el escriba del centenario medio periodístico.
Más adelante asegura, ya en un grado de paroxismo total, solo aceptable con el consumo de sustancias prohibidas, que los métodos son comparables con los de la dictadura (cívicomilitar deberíamos aclarar) y ya fueron aplicados en el INDEC, según dice que le dijeron fuentes confiables que tendrían relación con los técnicos desplazados. O sea el hermano de un conocido de la nuera de la vecina del 1ro. A, que pasaba por ahí. Impresentable.
Otrora era el riezgo país, luego fueron los traders internacionales que hacían loby con los fondos buitre, ahora invocan a Global Trade Alert, que nos advierte que somos el país más proteccionista del planeta (será porque desde 1976 al 2003 fuimos un poco bartoleros con nuestra soberanía comercial?).
Y ahora voy a reproducir un párrafo del enfermito este que se compara con su compañero de trabajo Marcos Aguinis, y del que solo voy a hacer un comentario y cierro el diario por temor a que los efectos colaterales me perjudiquen, porque seamos sinceros, esto no debe ser gratis para quien lo lee, debe dejar secuelas. Dice textualmente: "Las estrategias de perjudicar a quien sea, incluso a los amigos, con tal de favorecer al Gobierno tiene procedimientos brutales. A los empresarios que otrora conocieron el favor presidencial, ahora les toca sufrir sus presiones. Con argumentos que provienen indudablemente de Moreno, la Presidenta atacó a las petroleras y apuntó en particular a YPF. "En este gobierno a nadie tratan peor que a sus aliados", decía una fuente política".
Decididamente formamos parte del eje del mal, y nuestro único propósito por el que nos mantenemos en el poder, con el 54,11% de los votos y no lo delegamos a personas más capaces, es porque queremos perjudicar al país y para favorecer al gobierno ????.
Si se comunica por mail en privado, puedo darle los celulares de mi mujer (psicoanalista experimentada) o de mi hija (no tan experimentada pero lacaniana también), que sin duda lo atenderán y derivarán a un buen psiquiatra para su medicación.
No se privan de nada los muchachos, pistola, amenaza, polémico, pero resulta que la gran mayoría de las infracciones es por mal estacionamiento y no uso del cinturón de seguridad. Un verdadero peligro. Al Capone era un príncipe a su lado.
Las historia de siempre, cuando no hay que achacarle al secretario, distorsionan y manipulan la información o lisa y llanamente, mienten.
La Nación de hoy le dedica dos artículos centrales al licenciado en economía egresado de la UADE (casi una herejía), el primero y más leído en la edición de internet del diario (es la primer ventana en mostrarse) que reza "La política de Moreno entorpece la provisión de alimentos, electrodomésticos y medicamentos", por Alfredo Sainz y la segunda nota editorial, "Moreno todavía no va a toda velocidad" por Jorge Oviedo.
El caso de Oviedo, es decididamente para terapia. No es la primera vez que lo desnudamos desde este humilde blog, ni será la última.
Parece que la ley antiterrorista no es como aseguran los delirantes de la izquierda (¿?) vernácula -si es que tal cosa existe- que es una imposición del FMI, de la CIA, y de la DEA juntos, sino una ley hecha a la medida de Moreno y parecería que redactada por el mismo. Es aquí donde la paranoia del redactor se mezcla con esa tendencia del periodismo independiente de citar fuentes anónimas que "dicen" y "sostienen" alucinaciones de pesadilla (fruto de la mala digestión de comer sandía con tinto), dieta a la que sería adicto el escriba del centenario medio periodístico.
Más adelante asegura, ya en un grado de paroxismo total, solo aceptable con el consumo de sustancias prohibidas, que los métodos son comparables con los de la dictadura (cívicomilitar deberíamos aclarar) y ya fueron aplicados en el INDEC, según dice que le dijeron fuentes confiables que tendrían relación con los técnicos desplazados. O sea el hermano de un conocido de la nuera de la vecina del 1ro. A, que pasaba por ahí. Impresentable.
Otrora era el riezgo país, luego fueron los traders internacionales que hacían loby con los fondos buitre, ahora invocan a Global Trade Alert, que nos advierte que somos el país más proteccionista del planeta (será porque desde 1976 al 2003 fuimos un poco bartoleros con nuestra soberanía comercial?).
Y ahora voy a reproducir un párrafo del enfermito este que se compara con su compañero de trabajo Marcos Aguinis, y del que solo voy a hacer un comentario y cierro el diario por temor a que los efectos colaterales me perjudiquen, porque seamos sinceros, esto no debe ser gratis para quien lo lee, debe dejar secuelas. Dice textualmente: "Las estrategias de perjudicar a quien sea, incluso a los amigos, con tal de favorecer al Gobierno tiene procedimientos brutales. A los empresarios que otrora conocieron el favor presidencial, ahora les toca sufrir sus presiones. Con argumentos que provienen indudablemente de Moreno, la Presidenta atacó a las petroleras y apuntó en particular a YPF. "En este gobierno a nadie tratan peor que a sus aliados", decía una fuente política".
Decididamente formamos parte del eje del mal, y nuestro único propósito por el que nos mantenemos en el poder, con el 54,11% de los votos y no lo delegamos a personas más capaces, es porque queremos perjudicar al país y para favorecer al gobierno ????.
Si se comunica por mail en privado, puedo darle los celulares de mi mujer (psicoanalista experimentada) o de mi hija (no tan experimentada pero lacaniana también), que sin duda lo atenderán y derivarán a un buen psiquiatra para su medicación.
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Sustitución de Importaciones
Nunca creímos en los puntos finales...
Pareciera que hoy no quiero escribir porque me la pasé posteando videos, pero éste que les propongo ahora es de ELLA, que entre sus párrafos más sobresalientes dice popr ejemplo:“Quiero decirle en nombre de todos los argentinos que nunca creímos en los puntos finales, de los derechos humanos ni mucho menos de los derechos soberanos”.
Mientras cancillería definía los dichos del premier británico Cameron como "arrogantes" la presi fue un popco más allá y los definió como de mediocridad y de estupidez, y prosiguió “sólo la mediocridad y la arrogancia hacen creer que se puede poner el punto final a una historia” y aseguró que seguirá “incansablemente reclamando no sólo esa soberanía sino que se sienten a dialogar y negociar como lo marca la resolución de Naciones Unidas”.
La perlita:"Gran Bretaña es una burda potencia colonial en decadencia"
La perlita:"Gran Bretaña es una burda potencia colonial en decadencia"
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La batalla silenciada por la historia
DIA DE LA SOBERANIA
Pacho O’ Donnell: "La Argentina es un país de grandes epopeyas"
La evocación de la batalla de la Vuelta de Obligado adquiere este año, acaso por primera vez, la trascendente entidad que le confiere la reivindicación oficial de su verdadera dimensión histórica.
Camilo José Alves I Télam
"Fue una metáfora a cañonazos de la alianza entre sectores de la dirigencia local y los intereses de poderes internacionales en contra de la Patria y de las grandes mayorías, algo que lamentablemente recorre toda la historia de nuestro país”, afirma en diálogo con Télam el historiador Pacho O´Donnell, emparentado por sangre e ideales con aquella gesta.
La batalla se produjo el 20 de noviembre de 1845 en un recodo del río Paraná conocido como la Vuelta de Obligado, cerca de la ciudad bonaerense de San Pedro.
Allí, las fuerzas criollas enviadas por Juan Manuel de Rosas al mando del general Lucio Mansilla, enfrentaron a la poderosa escuadra anglo-francesa que pretendía doblegar la soberanía argentina y asegurarse la libre navegación de los ríos.
Los aliados locales de los invasores, “con tal de recuperar el poder del que habían sido desalojados por Rosas y la `chusma´, eran capaces de cualquier cosa, aún de actos de traición a la Patria”, sostiene O´Donnell.
Pacho, biznieto de Sabino O´Donnell, a su vez sobrino y médico de Mansilla, a quien asistió tras ser herido en el combate por un golpe de metralla, afirma que la Vuelta de Obligado fue uno de los más importantes hechos militares de la historia argentina.
“Es solamente comparable al cruce de los Andes”, subraya, y destaca que “se trató nada menos que de la defensa de un país alejado, nuevo, pobre, desarmado, contra el ataque conjunto de Inglaterra y Francia, las dos mayores potencias del momento, no punibles en lo militar ni en lo económico”.
El autor de “La Gran Epopeya”, un libro de reciente aparición y gran aceptación entre los lectores, publicado por Editorial Norma, afirma que el tema “es apasionante y está latente desde hace mucho tiempo, porque la Vuelta de Obligado no fue reconocida en su verdadera dimensión debido a que los que escribieron la historia oficial estaban de acuerdo con los invasores”.
En la visión de O´Donnell, las circunstancias que provocaron el combate de la Vuelta de Obligado, no expresan un hecho aislado ni excepcional.
Aquella batalla “puede parangonarse con el tremendo endeudamiento venal de fondos que fueron a parar a bolsillos de extranjeros y de sus socios argentinos y a la venta de las empresas estratégicas del país a capitales foráneos, sin otro propósito que el beneficio para esos intereses y sus cómplices interiores”, afirma.
Luego, al explicar el creciente interés por el tema y el éxito de su investigación, agrega que “como todo lo que permanece escondido pero presente, cuando aflora provoca una gran conmoción”.
A ello suma la celebración del bicentenario de la Revolución de Mayo “tan multitudinaria, espontánea y alegre”, denotativa de la nueva realidad del país y el interés de la juventud que quiere participar del presente porque comienza a entender el pasado.
Resaltó también la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de disponer que el 20 de noviembre sea feriado y se celebre el “Día de la Soberanía Nacional”.
“Es un paso muy largo hacia el encuentro con nuestra verdadera identidad, hacia el orgullo por nuestras capacidades, hacia la conciencia de que podemos afrontar y resolver las situaciones más difíciles.” “Somos un país de epopeyas”, afirma y sustenta esa última sentencia en gestas como “el cruce de los Andes, la Vuelta de Obligado, el fin de la dictadura militar del ´76 y, más recientemente, la resolución de la crisis del 2001 sin ayuda de nadie”.
Mañana sábado, la Presidenta encabezará en la Vuelta de Obligado la ceremonia de inauguración de monumento evocativo de la gesta, creado por el escultor Rogelio Polesello y que conjuga la forma de la estrella federal de ocho puntas con las enormes cadenas que se utilizaron para impedir el paso de los buques invasores.
Será 155 años después de la "batalla silenciada por la historia".
Pacho O’ Donnell: "La Argentina es un país de grandes epopeyas"
La evocación de la batalla de la Vuelta de Obligado adquiere este año, acaso por primera vez, la trascendente entidad que le confiere la reivindicación oficial de su verdadera dimensión histórica.
Camilo José Alves I Télam
"Fue una metáfora a cañonazos de la alianza entre sectores de la dirigencia local y los intereses de poderes internacionales en contra de la Patria y de las grandes mayorías, algo que lamentablemente recorre toda la historia de nuestro país”, afirma en diálogo con Télam el historiador Pacho O´Donnell, emparentado por sangre e ideales con aquella gesta.
La batalla se produjo el 20 de noviembre de 1845 en un recodo del río Paraná conocido como la Vuelta de Obligado, cerca de la ciudad bonaerense de San Pedro.
Allí, las fuerzas criollas enviadas por Juan Manuel de Rosas al mando del general Lucio Mansilla, enfrentaron a la poderosa escuadra anglo-francesa que pretendía doblegar la soberanía argentina y asegurarse la libre navegación de los ríos.
Los aliados locales de los invasores, “con tal de recuperar el poder del que habían sido desalojados por Rosas y la `chusma´, eran capaces de cualquier cosa, aún de actos de traición a la Patria”, sostiene O´Donnell.
Pacho, biznieto de Sabino O´Donnell, a su vez sobrino y médico de Mansilla, a quien asistió tras ser herido en el combate por un golpe de metralla, afirma que la Vuelta de Obligado fue uno de los más importantes hechos militares de la historia argentina.
“Es solamente comparable al cruce de los Andes”, subraya, y destaca que “se trató nada menos que de la defensa de un país alejado, nuevo, pobre, desarmado, contra el ataque conjunto de Inglaterra y Francia, las dos mayores potencias del momento, no punibles en lo militar ni en lo económico”.
El autor de “La Gran Epopeya”, un libro de reciente aparición y gran aceptación entre los lectores, publicado por Editorial Norma, afirma que el tema “es apasionante y está latente desde hace mucho tiempo, porque la Vuelta de Obligado no fue reconocida en su verdadera dimensión debido a que los que escribieron la historia oficial estaban de acuerdo con los invasores”.
En la visión de O´Donnell, las circunstancias que provocaron el combate de la Vuelta de Obligado, no expresan un hecho aislado ni excepcional.
Aquella batalla “puede parangonarse con el tremendo endeudamiento venal de fondos que fueron a parar a bolsillos de extranjeros y de sus socios argentinos y a la venta de las empresas estratégicas del país a capitales foráneos, sin otro propósito que el beneficio para esos intereses y sus cómplices interiores”, afirma.
Luego, al explicar el creciente interés por el tema y el éxito de su investigación, agrega que “como todo lo que permanece escondido pero presente, cuando aflora provoca una gran conmoción”.
A ello suma la celebración del bicentenario de la Revolución de Mayo “tan multitudinaria, espontánea y alegre”, denotativa de la nueva realidad del país y el interés de la juventud que quiere participar del presente porque comienza a entender el pasado.
Resaltó también la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de disponer que el 20 de noviembre sea feriado y se celebre el “Día de la Soberanía Nacional”.
“Es un paso muy largo hacia el encuentro con nuestra verdadera identidad, hacia el orgullo por nuestras capacidades, hacia la conciencia de que podemos afrontar y resolver las situaciones más difíciles.” “Somos un país de epopeyas”, afirma y sustenta esa última sentencia en gestas como “el cruce de los Andes, la Vuelta de Obligado, el fin de la dictadura militar del ´76 y, más recientemente, la resolución de la crisis del 2001 sin ayuda de nadie”.
Mañana sábado, la Presidenta encabezará en la Vuelta de Obligado la ceremonia de inauguración de monumento evocativo de la gesta, creado por el escultor Rogelio Polesello y que conjuga la forma de la estrella federal de ocho puntas con las enormes cadenas que se utilizaron para impedir el paso de los buques invasores.
Será 155 años después de la "batalla silenciada por la historia".
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